Luego de 30 años de lucha, las mujeres saudís pudieron al fin dejar de ser relegadas al asiento trasero de los autos, donde debían esperar a que un hombre (padre, esposo, hermanos…) manejara por ellas y poder llegar así a cualquier destino de su ciudad, esto a pesar de que ellas sabían manejar.

Mientras en otros países musulmanes, las mujeres ya conducen libremente, los sectores ultraconservadores en Arabia Saudita afirman que permitir a las mujeres manejar propicia el pecado y las expondrá al acoso.

En la década de los 90, las mujeres que se atrevían a ponerse frente al volante se enfrentaban al arresto. Es por ello por lo que, al ser derogada la prohibición por el rey Salman y el príncipe a la corona Mohammed bin Salman, el curso de la historia tomará un nuevo camino. Las mujeres saudís han logrado dar un paso más hacia la equidad.

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