Una de las joyas de Juchitán, Oaxaca, se llama Natalia Toledo. Desde muy niña estudió poesía en los talleres de la Casa de la Cultura de su pueblo y desde entonces no dejo de escribir.
Ha participado en talleres, recitales y festivales de poesía alrededor del mundo como el Rencontres Littéraires Internationales, en Francia, y el Internacional de Poesía de la Casa Nacional de la Poesía, en Argentina donde fue ampliamente reconocida.
Pero no sólo ama las letras, sino también las texturas y las piedras preciosas. Por supuesto todo lo que hace, crea, escribe o diseña está íntimamente ligado con sus raíces indígenas, con su orgullo zapoteca.
Es, además, una amante de la cocina del Istmo de Tehuantepec, por lo que en medida de lo posible, busca difundir una de las gastronomías más variadas de toda la República Mexicana. “Lo más generoso que puede hacer el ser humano es ofrecerle una comida a alguien, sentarlo a su mesa, invertir en ese placer maravilloso que proviene de la alquimia de la convivencia” dijo alguna vez en entrevista.
Ha sido reconocida con el Premio Nacional de Literatura Nezahualcóyotl 2004 y es la presidenta del Patronato de la Casa de la Cultura de Juchitán.