Existen diversas acciones para ayudar a la conservación de esta especie en peligro, las cuales se focalizan en recuperar el equilibrio del lago de Xochimilco a través de la educación y del turismo ecológico y la puesta en marcha de trabajos de restauración del hábitat. Una de ellas, es la reproducción en cautiverio para la recuperación de sus poblaciones. La segunda es que lo utilizan para la investigación biomédica y fisiológica.

Diversas partes de las poblaciones del ajolote mexicano se encuentran protegidas dentro del Parque Ecológico de Xochimilco, las cuales incluye un proyecto para la conservación del ajolote. Además, por iniciativa del Darwin Initiative Project de Reino Unido, se lleva a cabo un plan de acción para el Manejo y Conservación del Ajolote en Xochimilco.

De acuerdo a la textos historicos, documentan su aparición en varios códices aztecas. Mientras que en la literatura científica fue en 1615 en un libro de historia natural, no obstate, fue hasta 200 años después cuando recibió un nombre científico.

Desde entonces, esta especie ha estado muy presente en la cultura mexicana, ya que se ha utilizado como alimento y en usos medicinales sin fundamento científico. Debido a su popularidad en los laboratorios y como mascota, desde 1989 se establecieron granjas de reproducción de axolotes a nivel internacional.

Los riesgos de la fama para el axolote ha sido la popularidad de estos animales como mascotas en las redes sociales. En 2023, se consiguieron al menos 3100 millones de visitas en inglés y 773,8 millones en español solo en TikTok.

El ‘Ambystoma mexicanum’, axolote mexicano o ajolote se encuentra en la Ciudad de México, únicamente en el complejo lacustre de Xochimilco, es una salamandra con la característica poco habitual de conservar sus rasgos larvales en su vida adulta. Esta condición se le conoce como neotenia, lo que significa que conserva su aleta dorsal de renacuajo -que recorre casi la totalidad de su cuerpo- y sus branquias externas, las cuales sobresalen de la parte trasera de su ancha cabeza en forma de plumas.

Este singular anfibio se encuentra en peligro crítico de extinción según la lista roja de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza, debido a la pérdida de hábitat, la introducción de especies invasoras en su hábitat, la sobreexplotación, la contaminación y su consumo como alimento. 

Esta especie emana dulzura y ternura por el tamaño de su cabeza y grandes ojos, lo que nos hace recordar a los bebés humanos, activando nuestro impulso de cuidar, explica Oriana Aragón, psicóloga social de la Universidad de Cincinnati, Estados Unidos.

“Es un animal que siempre está sonriendo, si tú lo ves enfermo, sano o muerto siempre se está riendo, nunca sabes lo que está pensando”, refirió Horacio Mena González, investigador del Instituto de Biología de la UNAM.

Para su conservación se ha impulsado el proyecto “Chinampa Refugio”, su objetivo es el rescate del anfibio. Así mismo, dentro de esas áreas se abren zanjas, se ponen compuertas, se rehabilita y reproduce el ecosistema original del ajolote. También, se colocan otras compuertas con filtros naturales (hechas con una gran diversidad de plantas) que limpian el agua. La idea es evitar la entrada de las especies exóticas que depredan los nidos y crías de los ajolotes.

Otra estrategia alterna que se está implementando está en la “Cantera Oriente de Ciudad Universitaria”. Allí, hay cuatro lagos que son estudiados para saber cuál se asemeja más a las condiciones de Xochimilco para encontrar una forma de salvarlo a él y su ecosistema. Después de tres años de investigación, seleccionaron el lago e introdujeron una pareja de ajolotes en un ambiente controlado y observaron cómo funciona su reproducción.

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