¿Sabías que el helado no solo es delicioso, sino que también puede mejorar tu estado de ánimo

Más allá de ser el postre perfecto para los días calurosos o para disfrutar con amigos, el helado tiene el poder de hacernos más felices. Según un estudio pionero realizado en 2007 por el Instituto de Psiquiatría de Londres en colaboración con Unilever, comer helado activa zonas del cerebro relacionadas con el placer y la recompensa. “No es solo un gusto; es casi como una dosis de felicidad”, explica uno de los investigadores.

Este estudio utilizó resonancias magnéticas funcionales (FMRI) para observar cómo el cerebro responde al helado. Los investigadores analizaron la actividad cerebral de los participantes antes y después de consumir una pequeña porción de helado de vainilla. ¿El resultado? Se detectó una notable actividad en la corteza orbitofrontal, una región del cerebro clave para experimentar placer. “Es sorprendente ver cómo algo tan sencillo puede activar tan profundamente nuestro centro de recompensa”, comentó el equipo de investigación.

Y eso no es todo: los alimentos dulces, como el helado, pueden desencadenar la liberación de endorfinas, las conocidas “hormonas de la felicidad”. Este fenómeno ayuda a explicar por qué nos sentimos tan bien al disfrutar un helado, especialmente en situaciones felices como reuniones familiares o celebraciones. Así, el helado no es solo una cuestión de sabor, sino también de recuerdos y emociones.

La próxima vez que tengas un mal día, una porción de helado podría ser justo lo que necesitas para darle un giro a tu ánimo. Como dicen los expertos, “un helado puede ser mucho más que un simple postre; es una forma de bienestar en cada cucharada”.

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