Que hoy millones de mujeres en el mundo, tengan en sus manos la oportunidad de elegir la carrera de medicina y la especialidad en ginecología, es en buena medida, gracias a otra mujer, que decidió romper paradigmas, allá en la época medieval. Su nombre fue Trota de Ruggiero, conocida también como Trótula. Ella nació en Salermo, Italia, posiblemente en el año 1110. En ese siglo, los estudios y el conocimiento sólo estaban permitidos para los hombres y los espacios universitarios, se trataban en realidad de monasterios. Es decir, que la iglesia era quien decidía quien podía ingresar a sus aulas. Las mujeres solían ejercer como comadronas, desde un conocimiento 100% empírico y lo hacían de manera secreta. Sin embargo, en el siglo XI (según cuenta la historia) muy cerca de Nápoles, se fundó la Escuela Médica Salernitana, un espacio laico, en donde era permitido el acceso de las mujeres, siempre y cuando, tuvieran previamente algún tipo de práctica gracias a sus labores como parteras. Justo a ese espacio se acercó Trótula y fue donde se especializó en el conocimiento de la salud femenina, convirtiéndose en la primera mujer dedicada a la giencología y obstetricia. Todo su conocimiento lo dejó como herencia al mundo en un par de libros, siendo el más famoso uno llamado: “Passionibus mulierum curandorum” cuya traducción inmediata es: “Curación de las dolencias de las mujeres” en el que a lo largo y ancho de 60 capítulos, abordó temas como la menstruación, el control de la natalidad, el embarazo, el parto, el uso de hierbas y opiáceos para disminuir el dolor de las contracciones de las mujeres al momento de entrar en labor, (un tema tabú y perseguido, pues se consideraba una penitencia del pecado original), la esterilidad (que en aquellos tiempos se creía que sólo las féminas podían serlo) y los métodos anticonceptivos, los cuales por cierto, ella defendía que debían ser para ambos sexos y no sólo suministrados a las mujeres. Además, fue muy puntual al hablar sobre la importancia de la higiene femenina, las infecciones y las enfermedades exclusivas de las mujeres. Si te lo preguntas, sí. Fue ella una mente adelantada a su época. Sus escritos fueron, además de un avance en temas médicos para la humanidad, un paso enorme en la salud integral de su género. Fue tan revolucionaria su pensamiento, que algunos estudiosos inventaron que ella, en realidad era un hombre. De hecho, durante muchos siglos, sus grandes textos fueron atribuidos a un personaje ficticio llamado: Trótulus. Sin embargo, su historia fue rescatada por historiadores y periodistas, con el objetivo de que el legado de su trabajo, sea conocido y reconocido. Trótula de Salermo, una de las mujeres, más increíbles de todos los tiempos.
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