En un emotivo evento, Lionel Messi, Luis Suárez y otras estrellas del Inter Miami dejaron huella en los corazones de 23 niños que viven con enfermedades graves.

En colaboración con la organización benéfica Make a Wish, estos pequeños fanáticos vieron cumplido su sueño más grande: convivir con sus ídolos y presenciar una práctica del equipo. Durante cuatro días, la magia del fútbol fue mucho más que un simple deporte; fue una fuente de inspiración, esperanza y alegría para todos.

El pasado martes 24 de septiembre del 2024, los niños, provenientes de Estados Unidos, Canadá e Israel, fueron recibidos en el Chase Stadium con una calurosa bienvenida y obsequios especiales. Cada uno de ellos recibió una camiseta firmada por el equipo, personalizada con su nombre, lo que encendió sonrisas sinceras en los rostros de los pequeños. Para muchos de ellos, este tipo de experiencias representan un respiro en medio de las dificultades que enfrentan día a día.

“El fútbol es más que un juego”, expresó Jorge Mas, propietario del Inter Miami CF. “Este evento nos recuerda que cuando perseguimos nuestros sueños, podemos inspirar a otros a cumplir los suyos. Aliarnos con Make a Wish para apoyar a estos extraordinarios niños es una de las maneras en que podemos devolver un poco de la alegría que el deporte nos da”.

El momento más especial del día llegó cuando los niños pudieron ver a sus héroes en acción durante una práctica privada del equipo. Messi, siempre sonriente, no dudó en estrechar la mano de los pequeños, mientras Luis Suárez y Jordi Alba se unieron para hacer de la jornada algo inolvidable. Después del entrenamiento, los niños tuvieron una oportunidad única de tomarse una foto grupal con las estrellas, una imagen que capturó no solo la alegría del momento, sino también el espíritu de solidaridad que envuelve al fútbol.

Este evento, en colaboración con el socio principal del club, Royal Caribbean, destacó el poder del fútbol para trascender el campo de juego. “Libertad para Soñar”, el lema de Inter Miami, cobró vida en cada interacción, en cada sonrisa y en cada sueño hecho realidad.

Este tipo de experiencias no solo dejan una huella en los niños, sino también en los jugadores. La emoción de los pequeños se convirtió en un recordatorio del impacto positivo que figuras como Messi pueden tener fuera de la cancha. Al final, este día no se trató solo de goles o victorias, sino de algo mucho más profundo: el poder de un sueño cumplido.

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