El combate contra la contaminación plástica está alcanzando nuevas alturas con una innovación emocionante: envases para alimentos comestibles hechos de algas marinas. En un mundo donde el plástico de un solo uso representa más del 50% del problema de los desechos plásticos, esta alternativa sostenible ofrece una luz al final del túnel.

Las estadísticas son claras y alarmantes: se compran un millón de botellas de plástico cada minuto en todo el mundo, mientras que hasta 5 billones de bolsas de plástico de un solo uso se utilizan en todo el mundo cada año. Si continuamos al ritmo actual, se proyecta que habrá más plástico en el océano que peces para el año 2050. Ante este desafío monumental, Wenwen Fan del Royal College of Arts se ha propuesto encontrar una solución.

Las algas marinas emergen como una respuesta prometedora. Además de su versatilidad como alimento básico en las dietas asiáticas y para el cuidado de la piel, las algas marinas ofrecen propiedades únicas que las convierten en una opción ideal para envases comestibles. Hechos de algas y extractos vegetales, estos envoltorios no solo son biodegradables, sino que también agregan un valor nutricional adicional a los alimentos, proporcionando vitaminas, minerales y polisacáridos que benefician la salud intestinal.

El proceso de creación de estos envases es meticuloso y innovador. El extracto de algas se deshidrata y se prueba a diferentes temperaturas para garantizar su calidad y seguridad. Los prototipos se pueden personalizar para diferentes sabores y nutrientes, ofreciendo una experiencia culinaria única y saludable.

Bajo el nombre de Seaweed U, esta iniciativa no solo busca ofrecer una solución práctica a la contaminación plástica, sino también promover una dieta más saludable y basada en plantas. Con tres escenarios sugeridos de uso, desde bocadillos saludables hasta bolsas disolubles de una sola porción y experiencias culinarias creativas, Seaweed U se propone cambiar la forma en que pensamos sobre la comida y el embalaje.

El impacto potencial de las algas marinas en la lucha contra el cambio climático también es digno de mención. Los científicos estiman que la creación de redes de cultivo de algas marinas en solo el 9% de los océanos del mundo podría compensar completamente las emisiones de carbono, brindándonos una ventana crucial para abordar el problema de los plásticos.

Al optar por envases comestibles hechos de algas marinas, no solo estamos protegiendo nuestros océanos y reduciendo la contaminación plástica, sino también mejorando nuestra salud y la salud de nuestro planeta.

Asi como lo leen. Han desarrollado un material plástico fabricado con algas marinas que además de ser biodegradable se descompone en pocas semanas y muestra una gran resistencia a las altas temperaturas.

Se trata de una especie de alga marina invasora del Caribe que se ha convertido en un envoltorio de plástico compostable que tiene potencial para la producción en masa. Dicha alga posee propiedades para transformar toda la cadena de suministro de este producto omnipresente que se usa en grandes cantidades todos los días en restaurantes de todo el mundo.

La idea proviene de la Universidad de Leeds, Reino Unido. Keeran Reed y sus colegas buscaba convertir la especie de alga marina marrón llamada sargassum (Sargassum natans) que inunda las costas de la casa de Reed en Trinidad y Tobago, en una especie de biopolímero.

Comunmente es conocido como sargazo y está formado por largas cadenas de moléculas similares a las que se encuentran en el plástico convencional. Los investigadores descubrieron que mezclarlo con ácido, sal y algunos químicos lo hizo más grueso y flexible.

Después lo convirtieron en láminas de película como una envoltura de plástico normal para estudiar cómo se comporta en condiciones de calor y cuando se arroja al contenedor de composta. Los plásticos biodegradables existentes pueden tardar meses, incluso más de un año, en descomponerse en composta. En cambio, el sargazo solo necesitó de dos a tres semanas.

A pesar de esta rápida descomposición, las películas eran resistentes y se mantuvieron juntas a temperaturas de alrededor de 230 °C. Además, la película no filtró ninguno de los productos químicos cuando se dejó en agua durante un período de 10 días, lo que significa que se puede usar de manera segura para cubrir recipientes húmedos de alimentos como frutas picadas.

Koon-Yang Lee del Imperial College London, parte del equipo de investigación indicó que al estar estudiando toda la cadena de suministros es realmente cuando surgen las ideas para materiales sostenibles. Y así poder encontrar una mejor aplicación de material para el impacto ambiental, llevarlo al laboratorio hasta el consumidor. 

Las algas marinas son ridículamente versátiles y países de todo el mundo las están probando como material para todo tipo de aplicaciones.

Y muchas ONG´s s están preocupadas por la contaminación en los oceanos y son las que están haciendo algo al respecto. The Ocean Cleanup, es una organización de ingeniería medioambiental sin fines de lucro y quienes han retirado la cifra récord de 25.000 libras de basura del Gran Parche de Basura del Pacífico en una extracción.

La organización también está trabajando para desarrollar un sistema mayor que pueda limpiar el tamaño de un campo de fútbol cada cinco segundos. Ocean Cleanup se ha comprometido a reciclar la mayor cantidad posible de basura y a garantizar que no acabe de nuevo en el océano o en los ríos.

Su objetivo es combatir las amenazas medioambientales que suponen los residuos plásticos y crear un ecosistema oceánico más limpio.