En una ciudad caliente como São Paulo, donde el sol brilla todo el año y el clima tropical se aleja miles de kilómetros de la gélida tundra ártica, ocurrió algo tan increíble como inesperado: el nacimiento de Nur, la primera osezna polar nacida en América Latina. Esta pequeña ha venido a demostrar que, aunque el mundo cambie, siempre hay espacio para la esperanza.

Aurora, su madre, empezó a comportarse de manera diferente meses antes del gran día. Alejada de la rutina y buscando refugio, se retiró a una cueva artificial, un gesto instintivo que la naturaleza le dictó, como si el aire frío del Ártico ya estuviera en sus venas. Cuando Nur llegó al mundo, sin pelo y frágil, el primer grito de vida rompió la quietud del ambiente, anunciando que había algo especial a punto de suceder.

En la naturaleza, no todos los oseznos sobreviven sus primeras horas, pero Nur tenía algo que la hizo diferente: la protección imparable de su madre. Aurora, con un cuidado impresionante, la abrazó, la lamió y la mantuvo cerca de su cuerpo, regalándole el calor que solo una madre puede ofrecer. Este primer contacto fue un punto de inflexión crucial en su vida, y también en la historia de los osos polares.

Lo increíble de Nur es que su nacimiento no es solo una historia conmovedora, sino un símbolo de resistencia. Vive en un lugar muy lejano de su hogar natural, pero su llegada demuestra que, incluso cuando las condiciones parecen imposibles, la vida tiene maneras asombrosas de abrirse camino. Con el apoyo humano, Nur se ha convertido en un emblema de esperanza para una especie que se enfrenta a desafíos enormes, como el deshielo en el Ártico.

Esta osezna, nacida en Brasil, lleva consigo el legado de Peregrino, su padre, quien junto a Aurora, ha hecho historia. Si bien el futuro de los osos polares sigue siendo incierto, el nacimiento de Nur nos recuerda que, cuando se lucha por el bienestar de la naturaleza, hasta los milagros pueden suceder.

En un rincón vibrante de Bogotá, una youtuber colombiana está revolucionando el reciclaje y ganando corazones en toda América LatinaSara Samaniego, conocida como Marce, la recicladora, combina color, carisma y conciencia social para cambiar la forma en que vemos la basura. Con más de 32 años y un ejército de seguidores en YouTube, TikTok e Instagram, Sara ha demostrado que cuidar el planeta puede ser emocionante, esperanzador y humano.

¿Cómo lo hace? Creó a Marce, un personaje alegre y empático que enseña, inspira y conecta. Marce no solo explica cómo separar la basura en bolsas blancas o negras, sino que también narra las historias invisibles de los recicladores informales de Bogotá: héroes anónimos que luchan diariamente para transformar los residuos en recursos.

“Son madres, padres, personas increíbles que trabajan con dedicación cada día”, dice Sara conmovida en uno de sus videos. Este mensaje ha llegado a millones y ha inspirado cambios reales, desde hogares que ahora limpian sus reciclables hasta estudiantes rurales que han adoptado hábitos sostenibles gracias a sus lecciones.

El interés de Sara por el reciclaje nació cuando era niña. Durante vacaciones en el campo, su familia quemaba basura debido a la falta de servicios de recolección, una experiencia que dejó una marca en su conciencia. Más tarde, mientras estudiaba Comunicación, conoció de cerca la lucha de los recicladores informales y decidió contar sus historias al mundo.

Pero no fue fácil. Al principio, quiso trabajar con recicladores reales para sus videos, pero encontró resistencia y desconfianza. Finalmente, Sara decidió convertirse en Marce, un personaje que encarna la alegría y la dignidad del trabajo de reciclaje. “Quería ponerme en los zapatos del otro, no para engañar, sino para empatizar“, explica.

Durante la pandemia, Sara recaudó fondos para apoyar a los recicladores con alimentos y medicamentos, un esfuerzo que evolucionó en su organización sin fines de lucro, Reciclando Amor. Esta iniciativa brinda asistencia médica y servicios esenciales a quienes más lo necesitan, cerrando la brecha entre el impacto social y el ambiental.

Con cada video, Sara no solo educa, sino que inspira a ver la basura como una oportunidad para cambiar el mundo. Y en un mundo donde las redes sociales son a menudo un reflejo vacío, Marce brilla como un faro de esperanza y acción.

Si crees que el reciclaje es aburrido, deja que Sara Samaniego te lo cuente con su estilo único. Porque, como dice Marce: “Un poquito de esfuerzo puede transformar montañas de basura en montañas de posibilidades”.