¿Alguna vez imaginaste que un perro podría ser la clave para hacer las visitas al dentista menos aterradoras? 

En Quito, Ecuador, un labrador retriever llamado Aldo ha revolucionado la odontología pediátrica al convertirse en el primer perro asistente dental del país. Con su mirada tierna y su naturaleza calmada, Aldo no necesita herramientas ni conocimientos médicos: su presencia es suficiente para cambiar la experiencia de los niños que temen el sillón dental.

En el Centro de Odontología Infantil Parque Dental, Aldo trabaja tres días a la semana, acompañando a pequeños pacientes que enfrentan su miedo al dentista. “Es increíble cómo mi hijo ahora quiere venir al dentista solo para ver a Aldo”, comenta una madre emocionada. Este “dogtor” ha demostrado que el apoyo emocional puede ser tan importante como la tecnología más avanzada.

El secreto de Aldo está en su entrenamiento especializado. Durante dos años, aprendió a calmar y confortar a los niños en entornos estresantes. Mientras los pequeños pacientes reciben tratamiento, Aldo se queda a su lado, listo para ser acariciado o simplemente brindar compañía silenciosa. Para muchos, la ansiedad se disipa con un simple movimiento de su cola.

Los beneficios son notables. Los niños que antes temían ir al dentista ahora se sienten más relajados confiados. Incluso los padres han notado la diferencia: menos lágrimas, menos resistencia y más sonrisas.

El éxito de este adorable asistente dental ha inspirado a otros consultorios en Ecuador a considerar la inclusión de perros de asistencia. Además, este modelo innovador podría extenderse a hospitales pediátricos y clínicas de salud mental, demostrando que los perros no solo son el mejor amigo del hombre, sino también aliados en la salud emocional.

Así que, si alguna vez te encuentras en Quito, no olvides pasar por el consultorio donde trabaja Aldo, el “dogtor” que está conquistando corazones y borrando miedos.

En el mundo del deporte de alto rendimiento, los animales han encontrado su lugar, no solo como acompañantes, sino como verdaderos terapeutas. Tal es el caso de Beacon, un Golden Retriever cuya función va más allá de ser una simple mascota. Este excepcional canino demostró ser un pilar fundamental para la delegación de gimnastas de Estados Unidos, brindando apoyo emocional y contribuyendo al bienestar mental de los atletas durante las exigentes pruebas clasificatorias para los Juegos Olímpicos de París 2024.

Beacon no es un perro cualquiera. Entrenado específicamente para ser un perro de terapia, Beacon trabaja bajo la supervisión de su entrenadora, Tracey Callahan Molnar, quien también tiene un pasado como gimnasta. “El trabajo de Beacon comienza una vez que finalizan las pruebas de los deportistas”, explica Callahan. “Su presencia es tan esencial como la de cualquier otro miembro del equipo, ya sea un utilero, un preparador físico o un entrenador”.

Durante el mes de junio, Beacon estuvo presente en las pruebas de clasificación realizadas por los gimnastas de la USAG (Federación de Gimnasia de Estados Unidos). En estos momentos críticos, el Golden Retriever demostró su capacidad para detectar y aliviar el estrés y la ansiedad de los atletas. Tracey Callahan recorre el perímetro con Beacon, observando las reacciones de las gimnastas. Al detectar a alguien nervioso o desconsolado, Beacon se acerca para ofrecer consuelo y apoyo.

“La capacidad de Beacon para captar el estrés y acercarse a las personas de inmediato es asombrosa”, comentó Callahan al medio deportivo . “Su presencia transforma el ambiente, proporcionando una calma que es crucial para nuestros atletas”.

Considerado por muchos como el “Goodest Boy” (buen chico), Beacon se ha ganado un lugar especial en el corazón de la delegación. Su función no es solo emocional, sino terapéutica. Después de cada prueba, los atletas tienen hasta 40 minutos para interactuar con Beacon, tiempo en el cual el perro trabaja incansablemente para absorber la tensión acumulada de los gimnastas. Estos momentos de interacción se convierten en oasis de tranquilidad en medio de la intensa preparación olímpica.

El trabajo de Beacon requiere una preparación meticulosa. Tracey Callahan asegura que el Golden Retriever está siempre listo para actuar en el momento preciso. Sin embargo, también necesita tiempo para descansar y recuperarse después de absorber el estrés de los atletas. “Absorben el estrés de las personas a las que están aliviando. Así que, aunque pueda estar tumbado inmóvil durante dos horas, después está agotado”, explicó Callahan. Este ciclo de trabajo y descanso es esencial para mantener la efectividad de Beacon como terapeuta.