Con 82 años y la elegancia de una joven bailarina, Suzelle Poole sigue inspirando al mundo con su amor por el ballet. Esta mujer, nacida en Londres en plena Segunda Guerra Mundial, ha demostrado que la danza no tiene edad. “El ballet y la música son mi vida”, declara con una convicción que ha cautivado a todos los que la conocen.

A los 7 años, Suzelle descubrió el ballet, un refugio que la ayudó a escapar de los horrores de la guerra. Años después, mientras la mayoría de las personas de su edad se retiran, ella sigue bailando. “La vida es muy corta para no hacer lo que te gusta. Hagan lo que aman, ya”, dijo Suzelle en una entrevista reciente, palabras que resuenan especialmente con las generaciones jóvenes.

Suzelle no solo baila, también enseña ballet con una pasión inquebrantable. Fue parte del prestigioso Houston Ballet, donde alcanzó el rango de bailarina solista. Hoy, sigue dando clases en su propia academia, The Poole Ballet, y no deja de sorprender a todos con su energía. “Es asombroso cómo mantiene su técnica impecable. Nos muestra cada paso, como si tuviera 20 años”, comenta una de sus alumnas.

Además de enseñar a niños y jóvenes, Suzelle lleva su arte a residencias para mayores, convencida de que la música y el movimiento tienen propiedades sanadoras. “Mantenerse activo es esencial”, afirma mientras demuestra que el ballet no solo es una disciplina física, sino también mental.

En 2017, la BBC la incluyó en su serie Amazing Humans (Humanos Asombrosos), y en 2019, fue invitada a un TedxTalk donde no solo habló, sino que deslumbró al público bailando sobre el escenario. Suzelle no conoce límites; a pesar de retirarse formalmente de los escenarios, sigue viviendo para la danza.

“Comienza ahora”, es su consejo para todos aquellos que dudan en seguir sus pasiones. Suzelle Poole es el ejemplo vivo de que la edad es solo un número, y que cuando amas lo que haces, el tiempo se convierte en un aliado. 

¿Qué hacías tu a los 16 años? Porque Fabrizzio, originario de Monterrey, acaba de ir a Suiza, participó en el concurso anual más importante del mundo de la danza clásica, llamado Prix de Lausanne, (mismo que sucedió al interior del Teatro Beaulieu de Lousanne) …  Y ganó el primer lugar.

En el escenario se enfrentó a 82 bailarines de diferentes lugares del mundo, todos ellos promesas de sus compañías y con un nivel de danza que va de lo exquisito a lo sublime.

Tras su participación, en donde interpretó  “Las llamas de París” y “Yugen”, el presidente del jurado calificador, Jean- Christophe Maillot, decidió dedicarle una larga lista de elogios, entre ellos que su presentación había estado llena de una “gran sensibilidad” palabras increíbles, cuando es uno de los bailarines más respetados quien las dice.

Por supuesto, este concurso que celebró su edición 50, estuvo lleno de presión y del más alto nivel, tanto así que, en esta edición del certamen, Ulloa ha tenido que compartir su primer lugar con otro bailarín tan virtuoso como el, es decir, Milán de Benito, de nacionalidad española.

Como ganador que es, ha recibido una beca al 100% para estudiar un año en la compañía de ballet que el elija, siempre y cuando, esté afiliada al Prix de Lausanne.

Cabe destacar que Fabrizzio egresó de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, que pertenece al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) así que lo que hoy se ha mostrado al mundo, es puro talento orgullosamente hecho en el norte de la República.