
Todos hemos escuchado ese purrrrr encantador de un gato acurrucado. Para muchos, es música de fondo mientras ven series, leen (o intentan) o simplemente se tiran en la cama. Pero, ¿alguna vez se han preguntado si ese sonido tan relajante tiene algún propósito más allá del “estoy feliz”? La respuesta podría sorprenderles… y encantarles.
Resulta que el ronroneo felino es mucho más que una simple muestra de gusto o comodidad. La ciencia ha ido destapando, poco a poco, un secreto muy bien guardado por nuestros amigos peludos: ese suave zumbido podría ser una forma de curación natural, tanto para ellos como para nosotros.
Sí, tal como lo lees. Cuando un gato ronronea, no solo está pidiendo caricias o anunciando que quiere su comida ya. Las vibraciones que produce están entre los 25 y los 150 Hz, un rango que, sorprendentemente, coincide con las frecuencias usadas en medicina humana para sanar huesos, tejidos blandos y aliviar dolores. En pocas palabras: mientras tu gato duerme plácidamente y ronronea, su cuerpo podría estar en modo reparación.
Pero eso no es todo. El ronroneo también ha sido asociado con la reducción del estrés, tanto en gatos como en humanos. Algunos estudios apuntan a que tener un gato en casa puede disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas y hasta reducir la presión arterial. Imagínate: un terapeuta peludo, de cuatro patas, que no cobra consulta.
Lo más alucinante es que aún estamos lejos de entender completamente cómo funciona. Los gatos ronronean cuando están contentos, sí, pero también lo hacen cuando están estresados, heridos o incluso al borde de la muerte. Como si fuera su propio “botón de reinicio interno”.
Así que la próxima vez que tu gato se suba a tus piernas, cierre los ojos y empiece a vibrar como un motorcito, recuerda: no solo te está dando amor. Puede estar sanándose… y de paso, ayudándote a sanar a ti también.
¿Quién lo diría? Tal vez el superpoder más suave del mundo vive en un gato dormilón sobre tu almohada.