Cada 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, un recordatorio crucial sobre la importancia de la detección temprana. La Organización Mundial de la Salud señala que una de cada 12 mujeres en el mundo es diagnosticada con esta enfermedad, lo que subraya la necesidad de concientización. Aquí algunas celebridades que enfrentaron este desafío con valentía y lograron salir victoriosas, convirtiéndose en inspiración para millones.

Daniela Romo: Un cambio radical para una nueva vida

En 2011, la reconocida cantante y actriz Daniela Romo recibió un diagnóstico que le cambió la vida para siempre. Al ser detectado a tiempo, Romo pudo someterse a un tratamiento que incluyó quimioterapias, lo que le provocó la pérdida de su icónica cabellera. A pesar de este duro proceso, Daniela hoy está libre de cáncer y ha aprovechado su experiencia para ayudar a otras mujeres a través de campañas de concientización. “El cáncer me transformó, pero ahora soy más fuerte“, ha declarado en múltiples entrevistas.

Alicia Machado: Una ex Miss Universo que no se rinde

La venezolana Alicia Machado, ex Miss Universo, fue diagnosticada con cáncer de mama en 2013. En una entrevista para CNN, compartió cómo la enfermedad cambió su vida: “En julio me detectaron unos problemas en los senos. Me retrasé en el tratamiento por trabajo, y eso me hizo muy mal”. Sin embargo, Machado superó la enfermedad y ahora utiliza su plataforma para alentar a las mujeres a realizarse chequeos constantes y no postergar su salud.

Alejandra Guzmán: Rockeando contra el cáncer

La cantante mexicana Alejandra Guzmán enfrentó su diagnóstico en 2007, cuando le extirparon un tumor cancerígeno en uno de sus senos. Dos días después de recibir la noticia, fue sometida a cirugía. Guzmán ha hablado abiertamente sobre su experiencia, recordándonos que la vida cambia en un instante, pero que es posible seguir adelante con fuerza.

Bárbara Mori: Un giro inesperado a los 29 años

La actriz Bárbara Mori reveló en una entrevista para el programa Hoy que a los 29 años enfrentó uno de los momentos más difíciles de su vida: el cáncer de mama. “Pensé en la muerte, me enojé con la vida. No entendía por qué me estaba pasando si era una buena persona”, confesó. Hoy, Mori ha logrado sanar y continúa su carrera como actriz, inspirando a muchas personas con su historia.

Patricia Reyes Espíndola: Del dolor a la escritura

Patricia Reyes Espíndola, una de las grandes actrices mexicanas, compartió su diagnóstico en 2012. Tras someterse a un tratamiento y vencer la enfermedad, en 2015 publicó su libro La vuelta da muchas vidas, donde relató su batalla contra el cáncer de mama. En su obra, invita a quienes atraviesan por lo mismo a no rendirse y a creer en la posibilidad de una segunda oportunidad.

Angélica María: Un testimonio de amor por su hija

La legendaria actriz Angélica María fue diagnosticada en 1997, poco después del fallecimiento de su madre por la misma enfermedad. En ese momento, su mayor motivación fue su hija, Angélica Vale. “Pensé en mi hija, en que no podía dejarla sola. Acababa de perder a mi madre, yo no me podía ir”, comentó la actriz en una entrevista.

Estas historias no solo destacan la fortaleza de estas mujeres, sino que también nos recuerdan la importancia de la prevención y el apoyo mutuo. La detección temprana puede marcar la diferencia y cada una de estas famosas es un ejemplo viviente de ello.

Imagínate un futuro donde una simple luz roja pueda ayudar a las personas a recuperar el movimiento y la sensación después de una lesión en la médula espinal. Pues ese futuro podría estar más cerca de lo que crees. Un grupo de científicos de la Universidad de Birmingham ha dado un gran paso adelante en la medicina regenerativa, utilizando terapia con luz roja para reparar las lesiones en la médula espinal.

Zubair Ahmed, quien lidera este innovador proyecto, explicó: “Curiosamente, este aspecto del estudio demostró que el efecto de la luz de 660 nm era neuroprotector. Esto significa que mejoraba la supervivencia de las células nerviosas, y neuroregenerativo”. En otras palabras, la luz roja no solo protege las células nerviosas, sino que también las ayuda a regenerarse.

El enfoque es tan revolucionario como parece. Los científicos desarrollaron un dispositivo implantable que emite luz roja directamente en el lugar de la lesión. Durante la cirugía, los médicos pueden implantar este dispositivo, el cual luego comienza a hacer su magia. En tan solo cinco días de tratamiento, los investigadores observaron un aumento del 45% en la viabilidad celular. Eso significa que las células en la zona de la lesión estaban mucho más saludables y más capaces de repararse a sí mismas.

Pero eso no es todo. El estudio también probó un método menos invasivo, donde la luz roja se aplica a través de la piel. Ambos enfoques, el implante y la terapia transcutánea, demostraron ser efectivos. Los resultados mostraron una reducción significativa de las cicatrices en el tejido de la lesión y una recuperación funcional impresionante. La dosis óptima fue de un minuto de luz diaria durante siete días.

Este avance podría cambiar la vida de miles de personas que sufren lesiones en la médula espinal. Las conexiones nerviosas, que antes parecían irrecuperables, ahora tienen una nueva esperanza gracias a la luz roja. Y aunque el tratamiento está aún en fase de pruebas preclínicas, los resultados hasta ahora son prometedores.

En un mundo donde las lesiones de la médula espinal han dejado a tantas personas sin esperanza de recuperación, esta innovadora terapia con luz roja ofrece un rayo de luz, tanto literal como figurativamente. La ciencia sigue sorprendiendo, y tal vez, en un futuro no tan lejano, una simple luz podría ser la clave para restaurar la vida de quienes han perdido tanto.

La inmunoterapia en cáncer de cabeza y cuello ofrece nuevas y esperanzadoras opciones de tratamiento para pacientes, en especial para aquellos con cánceres relacionados con el virus del papiloma humano (VPH), y sin los efectos secundarios potencialmente devastadores de los tratamientos convencionales.

El Instituto de Investigación del Cáncer (ICR) de Londres y la fundación Royal Marsden NHS han crean un nuevo y exitoso tratamiento experimental que puede acabar con los tumores de cáncer de cabeza y cuello en pacientes terminales.

El término “cáncer de cabeza y cuello” incluye diferentes tipos de cáncer que se clasifican según la zona donde se originan. Estas zonas comprenden la boca (cavidad bucal), la garganta (faringe), la laringe, los senos y la cavidad nasal, y las glándulas salivales.

Entre los factores de riesgo medioambiental del cáncer de cabeza y cuello se encuentra el consumo de tabaco, el consumo excesivo de alcohol, la exposición prolongada al sol y determinados virus, como el VPH y el virus de Epstein-Barr (VEB).

El tratamiento experimental (inmunoterapia) es aplicado en pacientes terminales y consta de una serie de medicamentos de inmunoterapias que el sistema inmunológico de los pacientes aprovecha para matar sus propias células cancerosas.

Actualmente existen cuatro opciones de inmunoterapia aprobadas para el cáncer de cabeza y cuello:

  • Anticuerpos dirigidos: Cetuximab (Erbitux).
  • Inmunomoduladores: Dostarlimab (Jemperli), Nivolumab (Opdivo®) Pembrolizumab (Keytruda®).

Además de aumentar las posibilidades de supervivencia a largo plazo, el tratamiento también desencadena muchos menos efectos secundarios en los pacientes. Comparado con la quimioterapia, que es el tratamiento estándar que se ofrece a muchos pacientes con cáncer avanzado.

A un paciente que esperaba morir hace cuatro años, las enfermeras le llamaron semanas después de unirse al estudio para decirle que su tumor había desaparecido por completo.

Estos pacientes vivieron un promedio de tres meses más que los que recibieron quimioterapia. La mediana de supervivencia general de estos pacientes fue de 17,6 meses, el promedio más alto jamás informado en este grupo de pacientes.

Además, los resultados de otros ensayos de la combinación de fármacos han sugerido previamente beneficios similares para pacientes terminales con cáncer de riñón, piel e intestino.

Por ello, a pesar de que los resultados del ensayo en fase 3 son tempranos, son muy significativos clínicamente. Un paso más para erradicar y vencer esta enfermedad y, sin duda, una buena noticia que celebrar.

Si se detecta a tiempo, el cáncer de cabeza y cuello es sumamente curable, con frecuencia con monoterapia (cirugía o radioterapia). En general, los tipos de cáncer de cabeza y cuello en etapas más avanzadas se tratan con diversas combinaciones de cirugía, radioterapia y quimioterapia. Con cualquier plan de tratamiento, el objetivo no es solo eliminar el cáncer sino también preservar las funciones de las estructuras involucradas en el habla, la deglución y la expresión.