¿Podrías dejarlo todo para llevar tu amor a quienes más la necesitan?

Esa pregunta la podría contestar Paul Barton, un pianista británico que cambió los grandes escenarios por un santuario de elefantes en Tailandia. Además de que su público no era lo que uno imagina, se sorprenderan con lo que sigue. Estos elefantes no son cualquiera, son animales ciegos que han sufrido años de explotación y ahora encuentran consuelo en las melodías de su piano.

Desde hace casi tres décadas, Barton vive en el sudeste asiático y ha dedicado su tiempo a la rehabilitación de estos majestuosos animales. Su historia comenzó en 1996, cuando viajó a Tailandia y encontró no solo un nuevo hogar, sino también el amor. Desde entonces, su misión ha sido brindarles un poco de paz a los elefantes que han vivido en condiciones difíciles.

Hace más de una década, Barton tuvo la idea de tocarles música en vivo, esperando que las notas les transmitieran calma y bienestar. En uno de sus videos más famosos, se le ve sentado entre el barro y el agua de un lago, interpretando una melodía relajante para un elefante ciego. La escena es impactante: el animal, inmóvil y atento, parece sentir cada nota como una caricia en el alma.

Como ya es de conocimiento de muchos, los elefantes en el sudeste asiático han sido usados durante siglos para el trabajo pesado y el turismo, y muchos de ellos han sufrido maltratos. De acuerdo con grupo World Animal Protection, casi el 80% de los elefantes en atracciones turísticas de países como Tailandia, India Nepal viven en condiciones precarias. Por eso, lugares como el santuario Elephants World son tan importantes, ofreciendo un refugio para aquellos que han pasado por tanto.

A veces, los actos más simples pueden tener el mayor impacto. Esta es la hermosa historia de un pianista coon mucho amor que decidió cambiar su vida y la de estos elefantes para siempre.

En el mundo del deporte de alto rendimiento, los animales han encontrado su lugar, no solo como acompañantes, sino como verdaderos terapeutas. Tal es el caso de Beacon, un Golden Retriever cuya función va más allá de ser una simple mascota. Este excepcional canino demostró ser un pilar fundamental para la delegación de gimnastas de Estados Unidos, brindando apoyo emocional y contribuyendo al bienestar mental de los atletas durante las exigentes pruebas clasificatorias para los Juegos Olímpicos de París 2024.

Beacon no es un perro cualquiera. Entrenado específicamente para ser un perro de terapia, Beacon trabaja bajo la supervisión de su entrenadora, Tracey Callahan Molnar, quien también tiene un pasado como gimnasta. “El trabajo de Beacon comienza una vez que finalizan las pruebas de los deportistas”, explica Callahan. “Su presencia es tan esencial como la de cualquier otro miembro del equipo, ya sea un utilero, un preparador físico o un entrenador”.

Durante el mes de junio, Beacon estuvo presente en las pruebas de clasificación realizadas por los gimnastas de la USAG (Federación de Gimnasia de Estados Unidos). En estos momentos críticos, el Golden Retriever demostró su capacidad para detectar y aliviar el estrés y la ansiedad de los atletas. Tracey Callahan recorre el perímetro con Beacon, observando las reacciones de las gimnastas. Al detectar a alguien nervioso o desconsolado, Beacon se acerca para ofrecer consuelo y apoyo.

“La capacidad de Beacon para captar el estrés y acercarse a las personas de inmediato es asombrosa”, comentó Callahan al medio deportivo . “Su presencia transforma el ambiente, proporcionando una calma que es crucial para nuestros atletas”.

Considerado por muchos como el “Goodest Boy” (buen chico), Beacon se ha ganado un lugar especial en el corazón de la delegación. Su función no es solo emocional, sino terapéutica. Después de cada prueba, los atletas tienen hasta 40 minutos para interactuar con Beacon, tiempo en el cual el perro trabaja incansablemente para absorber la tensión acumulada de los gimnastas. Estos momentos de interacción se convierten en oasis de tranquilidad en medio de la intensa preparación olímpica.

El trabajo de Beacon requiere una preparación meticulosa. Tracey Callahan asegura que el Golden Retriever está siempre listo para actuar en el momento preciso. Sin embargo, también necesita tiempo para descansar y recuperarse después de absorber el estrés de los atletas. “Absorben el estrés de las personas a las que están aliviando. Así que, aunque pueda estar tumbado inmóvil durante dos horas, después está agotado”, explicó Callahan. Este ciclo de trabajo y descanso es esencial para mantener la efectividad de Beacon como terapeuta.