La proteína Galectina-3 jugaría un papel importante en el deterioro neuronal del Alzheimer y en las oscilaciones gamma del hipocampo (estructura involucrada en el aprendizaje y la memoria), al esta ser  inhibida, lo que podría poner un gran freno a dicha enfermedad.

Yuniesky Andrade Talavera y Antonio Rodríguez Moreno, investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, participaron en el estudio internacional que ha dado como resultado con una proteína clave en el deterioro neuronal en el Alzheimer. 

En dicho estudio se detallan los efectos de la proteína Galectina-3, a la que también se refieren como Gal-3. Está presente en los circuitos neuronales del hipocampo, que está relacionado con funciones como el aprendizaje y la memoria. Además ayudaría en otros trastornos neurodegenerativos relacionados con la inflamación del cerebro.

Ya se conocía el papel que juega la proteína en reacciones inflamatorias del cerebro. Podemos encontrar una versión alterada de la Gal-3 en versiones animales de enfermedades neurodegenerativas, así como en pacientes de Alzheimer. En estos casos, la proteína produce una amplificación de la inflamación.

No obstante, era desconocido el efecto que produce en estructuras cerebrales relacionadas con la memoria. Este sería el caso del hipocampo, que se va deteriorando progresivamente conforme avanza la enfermedad del Alzheimer en el paciente.

Gracias al trabajo que han realizado con ratones como sujetos, los investigadores del estudio han visto como la Gal-3 deteriora la comunicación entre las neuronas y su capacidad de producir oscilaciones gamma. Eso sí, inhibiendo la proteína, no se produce este deterioro neuronal.

Y los progresos en la lucha contra el Alzheimer continúan ya que algo en lo que hace hincapié en el estudio es en la importancia de centrar estrategias terapéuticas en hacer uso de la Gal-3 para recuperar la funcionalidad de circuitos neuronales que se hayan visto afectados por la inflamación.

Los investigadores del estudio han señalado como estas estrategias podrían aplicarse en otros desórdenes neurodegenerativos. Eso sí, siempre y cuando el deterioro cognitivo observado esté relacionado con la inflamación del cerebro y deficiencias en los circuitos neuronales claves.