En un avance científico sin precedentes, el equipo de investigación del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha presentado una píldora revolucionaria diseñada para combatir la obesidad.

Esta cápsula, destinada a ser ingerida, no sólo promete ayudar en el control del apetito, sino que también incorpora vibraciones dentro del estómago para estimular la liberación de hormonas que generan la sensación de saciedad, un paso audaz hacia el tratamiento efectivo de la obesidad.

Los ingenieros del MIT han aprovechado el mecanismo natural del cuerpo que envía señales al cerebro indicando saciedad durante la ingesta de alimentos. La cápsula vibrante activa los receptores de estiramiento en el estómago, creando una ilusión de saciedad que podría ser clave en el control del apetito y la reducción de la ingesta de alimentos. En estudios con animales, se observó una disminución del 40% en la ingesta alimentaria cuando la píldora se activaba antes de las comidas.

El profesor Shriya Srinivasan, autor principal del estudio, destacó la potencial aplicación de esta píldora como tratamiento mínimo invasivo para la obesidad, ofreciendo una alternativa menos invasiva y con menos efectos secundarios en comparación con otros tratamientos farmacológicos.

“Para alguien que quiere perder peso o controlar su apetito, podría tomarse antes de cada comida. Una opción que podría minimizar los efectos secundarios que vemos con otros tratamientos farmacológicos”, explicó el profesor Srinivasan, profesor de bioingeniería en la Universidad de Harvard.

Los resultados de los estudios con animales son prometedores, ya que no sólo se observó una reducción significativa en la ingesta de alimentos, sino también un aumento más lento en el peso corporal durante los periodos en que se administró la píldora vibratoria.

Giovanni Traverso, coautor principal del estudio y profesor de ingeniería mecánica en el MIT, enfatizó la profundidad del cambio de comportamiento inducido por la píldora y resaltó la posibilidad de superar desafíos y costos asociados a la administración de fármacos biológicos al modular el sistema nervioso entérico.

La versión actual de la píldora vibra durante aproximadamente 30 minutos después de llegar al estómago, pero los investigadores planean mejorarla para que permanezca en el estómago durante períodos más extensos, incluso activándose y desactivándose de forma inalámbrica según sea necesario.

Aunque aún se requieren pruebas y ensayos clínicos adicionales para confirmar la seguridad y eficacia en humanos, los investigadores vislumbran la píldora como una alternativa prometedora a los métodos actuales de tratamiento de la obesidad, que pueden ser invasivos y costosos. Además, la potencial fabricación asequible de estas cápsulas podría proporcionar opciones de tratamiento más accesibles para aquellos que actualmente no tienen acceso a opciones más costosas.

El siguiente paso para el equipo de investigación del MIT es explorar formas de ampliar la fabricación de estas cápsulas, lo que allanaría el camino para futuros ensayos clínicos en humanos. Estos estudios serán fundamentales para evaluar la seguridad del dispositivo y determinar el momento óptimo para la ingestión de la píldora antes de una comida, así como la frecuencia adecuada para su administración. En el horizonte, se vislumbra un posible avance en el tratamiento de la obesidad que podría cambiar la vida de millones de personas en todo el mundo.

Un programa de Inteligencia Artificial (IA) parece ser capaz de reducir la carga de trabajo de los radiólogos en la detección del cáncer de mama, según los primeros estudios publicados, aunque aún es demasiado pronto para concluir sobre su eficacia.

La inteligencia artificial encontró más cánceres de mama que los médicos con años de capacitación y experiencia, no obstante esto no significa que su hospital permitirá que una computadora determine si tiene cáncer en el corto plazo. 

Todavía queda mucha más investigación por hacer, menciona ‘The Lancet Oncology’ quienes realizaron el estudio y lo publicaron en Suecia. Además concluyeron que no hay riesgo de que los radiólogos utilicen dicho software de IA para orientar y mejor sus análisis en la detección del cáncer de mama.

El uso de dicha tecnología podría disminuir la carga de trabajo de los médicos porque el procedimiento que involucra la Inteligencia Artificial solo necesitaría de un profesional.

Los investigadores dividieron a unas 80.000 mujeres en dos grupos de tamaño similar. Todas ellas se realizaron una mamografía; el primer grupo se revisó de forma convencional, es decir con la mirada de dos radiólogos independientes, mientras que los datos del segundo fueron examinados primero por una IA y luego por un solo radiólogo.

El grupo asistido por la IA no registró peores o mejores resultados e incluso se detectó un número un poco más elevado de cánceres. La tasa de “falsos positivos”, fue similar para el segundo caso.

Así mismo, se están desarrollando varios programas de Inteligencia Artificial para ayudar a los médicos en la detección del cáncer. Se está creando un programa en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) para detectar un alto riesgo de cáncer de mama en el futuro en función de las mamografías actuales, algo que los médicos no pueden hacer en este momento.