¿Sabías que el helado no solo es delicioso, sino que también puede mejorar tu estado de ánimo

Más allá de ser el postre perfecto para los días calurosos o para disfrutar con amigos, el helado tiene el poder de hacernos más felices. Según un estudio pionero realizado en 2007 por el Instituto de Psiquiatría de Londres en colaboración con Unilever, comer helado activa zonas del cerebro relacionadas con el placer y la recompensa. “No es solo un gusto; es casi como una dosis de felicidad”, explica uno de los investigadores.

Este estudio utilizó resonancias magnéticas funcionales (FMRI) para observar cómo el cerebro responde al helado. Los investigadores analizaron la actividad cerebral de los participantes antes y después de consumir una pequeña porción de helado de vainilla. ¿El resultado? Se detectó una notable actividad en la corteza orbitofrontal, una región del cerebro clave para experimentar placer. “Es sorprendente ver cómo algo tan sencillo puede activar tan profundamente nuestro centro de recompensa”, comentó el equipo de investigación.

Y eso no es todo: los alimentos dulces, como el helado, pueden desencadenar la liberación de endorfinas, las conocidas “hormonas de la felicidad”. Este fenómeno ayuda a explicar por qué nos sentimos tan bien al disfrutar un helado, especialmente en situaciones felices como reuniones familiares o celebraciones. Así, el helado no es solo una cuestión de sabor, sino también de recuerdos y emociones.

La próxima vez que tengas un mal día, una porción de helado podría ser justo lo que necesitas para darle un giro a tu ánimo. Como dicen los expertos, “un helado puede ser mucho más que un simple postre; es una forma de bienestar en cada cucharada”.

Hoy existe esperanza de amor en los pacientes que se encuentras en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). El Hospital del Mar en Barcelona planea introducir perros para terapia en las UIC y estudiar su impacto positivo en los pacientes.

Ver a un perro deambular por un entorno tan estéril y séptico como una UCI resulta muy random. Observarlos encima de una cama, reposando sobre un paciente al que apenas hace unas horas han implantado un marcapasos parece imposible. Sin embargo, la presencia de canes en estos espacios es posible con el equipo de Medicina Intensiva del Hospital del Mar de Barcelona, en colaboración con la Fundación Affinity con su programa de ‘humanización’ de la UCI, siendo esta una terapia pionera asistida con perros en España.

Los investigadores introducirán perros de terapia en las UCI para acompañar a los pacientes ingresados y ayudarlos con su estado de ánimo, a reducir el estrés de los pacientes como el de contener o reducir las emociones negativas como la angustia.

Esta es la primera vez que en España se prueba esta terapia en adultos críticos hospitalizados en UCI, según declaró el director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud, Jaume Fatjó. Además, explicó que el contacto con los canes “ayuda a mejorar las emociones positivas”.

Para evaluar la efectividad de la propuesta, los investigadores de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona(UAB) desarrollarán un estudio dirigido a medir el impacto terapéutico de estos animales en donde recogerán muestras de saliva de los pacientes antes y después de la interacción con los perros, para analizar determinados metabolitos, que funcionan como indicadores del nivel de estrés y de bienestar del enfermo. Durante dos sesiones semanales de entre 15 y 20 minutos por paciente con dos perras, Vida y Lu, que están adiestradas para realizar la terapia por el equipo técnico de la Fundación Affinity.

Estos animales fueron seleccionados por su perfil. Son perros tranquilos y muy cariñosos, y los pacientes que podrán beneficiarse de la terapia son «personas ingresadas durante más de siete días en la Unidad de Cuidados Intensivos que no tengan ninguna enfermedad infecciosa ni estén en una situación de extrema gravedad», señala el responsable de Medicina Intensiva del hospital.

Este estudio sigue la línea del programa de humanización integral de los cuidados a las personas ingresadas con el objetivo de mejorar su tratamiento y evolución. Anteriormente, el centro ya había impulsado otras iniciativas del mismo estilo, como salidas terapéuticas para que los pacientes vean el mar en compañía de familiares y amigos, así como el uso de realidad virtual para mejorar su estado de ánimo y ayudar en los ejercicios de recuperación física. También disponen de un programa de musicoterapia para ayudar en la evolución de los pacientes con diagnóstico de delirio.

En conclusión, el contacto con un animal ha demostrado tener efectos beneficiosos, tanto para la salud física como para la mental de las personas. Establecer un vínculo afectivo, hace que liberemos oxitocina, la hormona relacionada con el placer. Reduce los niveles de cortisol en la sangre, indicador fisiológico del estrés y aumentan el nivel de endorfinas, un péptido que funciona como un neurotransmisor y que son las responsables de la sensación de bienestar. También el ritmo cardíaco se ve reducido y se fomenta la reducción de la presión arterial. Así que ahora a Vida y Lu les toca abrazar para hacer «más llevadera y doméstica» su estancia entre máquinas y monitores.