En un hecho sin precedentes en Mérida, Yucatán, se ha dictado la primera condena por crueldad animal en el estado tras la brutal muerte de Ruffo, un perro que fue por sensibilidad a nuestros lectores no daremos detalles de la crueldad realizada a este perrito que después fue arrojado a un bote de basura por su propio dueño. Julio “N”, el responsable del cruel acto, fue sentenciado a tres años y nueve meses de prisión, marcando un precedente en la lucha contra el maltrato animal en México. Quizás para muchos de nosotros la cantidad de años es poca, no obstante esto marca un hito en la historia del estado para estas personas sin sentimientos ajenos a los seres vivos.

El caso comenzó en agosto del año pasado, cuando los vecinos de la colonia Chuburná de Hidalgo encontraron el cuerpo de Ruffo en un bote de basura. El animal, que había sido torturado y asesinado, se convirtió en el centro de atención de activistas y ciudadanos indignados, quienes exigieron justicia para la mascota y ser vivo. “Este tipo de actos no pueden quedar impunes; Ruffo no murió en vano, comentó Mariana Pérez, una activista local que participó en las denuncias.

Gracias a la investigación llevada a cabo por la Unidad de Investigación y Litigación Especializada en Delitos de Maltrato Animal Doméstico, se logró reunir las pruebas necesarias para que un juez del Juzgado Segundo de Control del Primer Distrito de Mérida dictara la condena. Durante la audiencia, se presentaron pruebas y testimonios que dejaron claro el nivel de crueldad del acto.

Además de su sentencia en prisión, Julio “N” deberá cubrir los gastos de la reparación del daño causado, proporcionar alimento para mascotas y pagar una multa. El juez también ordenó que el condenado reciba tratamiento psicológico para abordar los problemas que lo llevaron a cometer tan atroz crimen. “Las consecuencias legales de estos actos están cambiando, y este es solo el inicio de un camino hacia un trato más digno para los animales“, agregó la abogada defensora de derechos animales, Patricia Sánchez.

Esta condena no solo representa justicia para Ruffo, sino también una señal para todos aquellos que creen que los actos de maltrato animal no tendrán consecuencias. Yucatán ha dado un paso firme en la protección de los animales domésticos, mostrando que la crueldad no será tolerada. Ruffo se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el maltrato animal, y su historia ha dejado una marca imborrable en la sociedad yucateca.

Después que en 2018 el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) evidenció los casos de robo de artesanías como los bordados que recurrentemente eran utilizados por firmas líderes en la moda como lo fue Carolina Herrera, Intropia y Zara, de España; Ralph Lauren, de Nueva York, Rapsodia, de Argentina; Pineda Covalín, de México; Isabel Marat y Hermes, de Francia, se creó una plataforma de Registro de Patrimonio Cultural y Mercado para evitar la explotación comercial. 

En el 2023 la casa de moda Christian Dior y el Museo Kaluz puso en alto el nombre de todos los artesanos y el de la maestra artesana Martina García Cruz quien fue la elegida para recibir el reconocimiento “Kaluz Patrimonio y Cultura” para enaltecer su trayectoria en la industria textil y su trabajo con el telar de cintura. 

La maestra Martina García Cruz originaria de la comunidad hidalguense de Mejay, hoy el Valle del Mezquital, fue la elegida para recibir este premio. Ella es veterana en el uso del telar de cintura, una tradición que se ha ido perdiendo durante los años y ahora es un milagro.

Este reconocimiento se creó en 2022 de la mano de la casa francesa Dior para distinguir a mujeres cuya contribución impulsa la conservación y promoción del arte y el patrimonio mexicano en todas sus manifestaciones. La artesana aceptó entre lágrimas ser parte de la segunda edición, convirtiéndose en la segunda homenajeada con el premio “Kaluz Patrimonio y Cultura”. En 2022 se le entregó a Patricia Ledesma, directora del Museo del Templo Mayor.

Martina García lidera el colectivo Artesanías Domitzu, junto a su hija María Trinidad González García. Martina habló de su trabajo y dijo que se encontró con el telar de cintura porque era “su destino”, y que de otra manera no imagina su vida. La maestra ha hecho del tejido su vida y medio de subsistencia elaborando rebozos, vestidos, morrales, blusas, manteles entre otras piezas a base de hilos de algodón o de ixtle. 

La maestra Martina ha sido reconocida a nivel local e internacional no solo por sus diseños sino por la forma en la que va heredando sus conocimientos a través de sus hijas y diferentes generaciones de mujeres que están abiertas a aprender de ella estas técnicas milenarias manteniendo viva el textil, la artesanía y la cultura mexicana, mencionó Eduardo Remis, gerente de relaciones públicas en Christian Dior Couture.

El algodón lo compra industrializado y el ixtle lo extrae de las pencas del maguey, realizando todo el procedimiento. En ocasiones tiñe ella misma los hilos, con tintes hechos a base de granada, cáscara de nuez, barbas de león, cempasúchil y ciertas tunas nativas.

Los organizadores reconocieron su trayectoria al señalar: “Sus textiles nos inspiran a todos, en una labor colectiva a salvaguardar y promover el patrimonio cultural de México, que todos sabemos que es muy rico, y todos sabemos que tenemos que conservarlo y protegerlo”.