Ser influencer en el 2025 podría ser cosa fácil para cualquiera que alcance 58 millones de reproducciones en YouTube, 25 millones en Instagram y millones más en TikTok y Spotify.

Emma Kok, con tan solo 16 años lo logró cuando interpretó la canción “Voilà” junto al famoso violinista André Rieu en Maastricht. Lo que pareció un simple concierto se transformó en un fenómeno mundial. Su voz transmitía una emoción profunda que tocaba corazones en cualquier idioma.

Pero ¿quién es Emma Kok?

Es una joven con una historia que mezcla música, valentía esperanza que no deja indiferente a nadie. Y es que a pesar de que su talento trasciende fronteras tras emocionar a millones con su voz, ella lucha contra una enfermedad que desafía su vida día con día. 

Detrás del brillo del escenario, Emma enfrenta un desafío diario: la gastroparesia, una enfermedad rara que paraliza su estómago y la obliga a recibir alimentación por sonda las 22 horas del día. Mientras otros adolescentes disfrutan comidas con amigos, ella solo puede ingerir pequeñas porciones de puré de manzana y arroz. A pesar de esto, su espíritu se mantiene indomable. “Cantar es mi terapia, la música es mi vida”,afirma.

Lejos de rendirse, ha convertido su condición en una plataforma para ayudar a otros. Con el premio que ganó en el programa “Ministars”, fundó Gastrostars, una organización para dar visibilidad a la gastroparesia y apoyar a quienes la padecen. También ha lanzado canciones como “Strijder” (“Guerrero”), un himno de superación que resuena con cualquiera que haya enfrentado obstáculos en la vida.

Emma ha demostrando que ni la adversidad puede apagar el brillo de quien está destinado a iluminar e inspirar al mundo con su arte. 

Determinación. Esa es la palabra que describirá eternamente a Elena, la mujer que no sólo amó a los equinos, sino que los convirtió en causa, ejemplo, decisión y lucha.

Su amor por los caballos inició cuando era una bebe , sin embargo, ese sentimiento creció junto con ella. A lo largo de su historia, adoptó poco más de 350 caballos, decenas de burros y becerros quienes lo único que habían conocido, era la inmundicia del ser humano. Elena se encargó entonces de mostrarles la otra cara, la que sólo los que aman profundamente a los animales, logra sacar a relucir. En retorno fue amada por toda su manada.

Su causa estuvo a punto de claudicar durante la pandemia del Covid-19 pues con el encierro y el miedo colectivo, los donativos y su trabajo disminuyeron a tal grado, que tuvo que tomar decisiones; O tiraba la toalla y se despedía de sus mejores amigos, o abría un Only Fans para generar dinero… Hizo lo segundo.

Con esa belleza inconmensurable, valentía frente al que dirán y autenticidad en cada una de sus acciones, se convirtió en la modelo de dicha plataforma más famosa de todo México. Cada centavo que recaudó, lo utilizó íntegramente en la recuperación, mantenimiento, alimentación, veterinario y cuidado de sus cuacos.

En poco tiempo, se convirtió en lo que debería significar “influencer”. Usaba sus redes sociales para dar a conocer sus casos, recuperó a caballos en estado de salud deplorable, se peleó con todos aquellos que le pareciera estaban cometiendo una injusticia, llegó hasta las cortes mexicanas y gracias a ella, la zoofilia es hoy, en Puebla, un delito que se paga con cárcel.

Pero no sólo eso. En un México machista, dejó atrás el sello que podría haberla perseguido como “La modelo de Only” para convertirse en la activista más destacada en la nación que le vio nacer, en contra de la violencia y la crueldad animal.

Su historia en la tierra duró apenas 30 años. No necesitó más para ganarse el respeto, la admiración y el cariño de cientos de miles de personas. Nos toca imaginar que habría pasado, si su recorrido en este plano hubiera dado para un poco, sólo un poquito más.

Su legado se llama Cuacolandia y ahí, su Rompope, su Igor, su Mila, se quedarán extrañándola para siempre. La única manera de recordarla, ojalá sea, manteniendo vivo, funcional y abierto ese espacio que no sólo soñó, sino que tuvo el coraje de hacer realidad.

Elena es fue y será, la muestra inequívoca de que un mundo sin violencia contra los animales, siempre será posible y, aunque desde ya, su ausencia se siente en este planeta, ella se fue cumpliendo su palabra. Logró dejar un mundo, mejor del que encontró.

¡Hasta siempre Elena Larrea!

No hay edad para cumplir sueños, viajar y ser feliz. El ejemplo perfecto de ello es Elva una mujer cordobesa de 84 años que decidió recorrer el mundo dejando atrás las normas y su pasado. Para lograrlo vendió su casa en la que vió crecer a su familia y dejar todo lo que tenía para poder cumplir su sueño; ya que por su limitada economía y por una sociedad que determinaba que las mujeres debían quedarse en la casa para atender a sus maridos y criar a sus hijos, nunca pensó que viajar fuera posible para ella.

El sueño empezó a consolidarse en 2018, cuando tomó la decisión con 80 años, ya jubilada y viuda. Se animó a dar el primer paso y comenzó a viajar sola y, un año más tarde, se fue a Europa, en donde acumuló una larga lista de historias y de amigos que, más tarde, la ayudaron a continuar sus aventuras, hasta convertirse en influencer con más de 6 mil seguidores en Instagram.

Todo empezó cuando su nieta, Sofía, quien la invitó a pasar unos días en Florencia junto a ella. Al hacer cuentas, ella se dio cuenta de que sólo le alcanzaba para cubrir los pasajes. Pero, ella no vio obstáculos, sino una gran oportunidad. Ofreció a través de su recién creada cuenta de Instagram, intercambiar sus conocimientos por estadías.

Conocida en las redes sociales como @abuelitaaviajera este fue su posteo de como la aventura se encaminaba hacia el fin del mundo: “Soy una abuela argentina que sueña con viajar a Europa para conocer gente de distintos lugares con el fin de intercambiar mi experiencia como voluntaria. Trabajé en distintas escuelas con niños, jóvenes y adultos como profesora y, además, tengo un taller de costura. Me gustaría conocer Europa y compartir lo que conozco y brindarlo a otros”.

Hubo un sin fin de propuestas y finalmente se decidió por la de una pareja de Brighton que la invitó a vivir con ellos a cambio de clases de costura para su hija de doce años donde los enseñó a coser, les hizo vestidos y los ayudó a hacer ropa para unas muñecas. Quedaron tan amigos que no le cobraron nada y hasta la llevaron a Londres. 

De Inglaterra fue directo a Palma de Mallorca, en donde un escritor cordobés había organizado una especie de “comunidad de jóvenes” en su casa. Ahí, hizo panqués durante 15 días para el desayuno y con eso pagó la estadía, señaló en una entrevista, orgullosa de que sus habilidades en la cocina le sirvieron para hacer el trueque.

También se encontró con otro argentino que, además de invitarla a su casa, la convirtió en su chofer personal mientras el hacia delivery. Pasó unos días en Ushuaia junto a una pareja de extranjeros que “le enseñaron a sacarse selfies. Escaló tres montañas en compañía de un inglés y una brasileña a quienes había visto tan solo un par de veces.

Para ella su consejo para las personas que no se animan a viajar es hay que acordarse de que nos vamos a morir. “Cuando me despierte y me vea viva, entonces ahí armo planes. “ agregó. 

Elva volvió del viaje con un par de nietos adoptivos y una legión de amigos con quienes se mantiene en contacto a pesar de la distancia y del paso del tiempo. Gracias a esto, le sobran propuestas para quedarse a vivir, pasar unos días e, incluso, trabajar en Europa.

Oprah Winfrey no sólo es famosa y millonaria, sino que siempre está involucrada en causas sociales. Esta vez, ha decidido que ayudar a la gente que vive en la Isla de Puerto Rico y es por ello que donará dos millones de dólares para contribuir al rescate y revitalización de Puerto Rico.

A poco más de año y medio del trágico paso de los huracanes “Irma” y “María” en  la región, Winfrey señaló que aún hay mucho por hacer y el trabajo está lejos de concluir.

La filántropa comentó que, de la cantidad mencionada, 1 millón se destinará a un programa de ayuda para desastres y recuperación perteneciente a la Federación Hispana, la cual es la mayor organización latina en Nueva York y misma que busca desarrollar e implementar soluciones a las necesidades que se viven en la isla.

El otro millón de dólares, se irá a un fondo para las artes, con el objetivo de proteger y conservar el acervo artístico, cultural y creativo de Puerto Rico, así como para impulsar la música, el teatro, las artes visuales, el baile, la literatura y la educación artística en los jóvenes.