Esta es un noticia de esas que parecen sacadas de una historia de ciencia ficción, pero la realidad es que viene directo de uno de los laboratorios más serios del mundo: investigadores descubrieron algo que podría cambiar la forma en que vemos… ¡nuestros dientes!

Resulta que un grupo de científicos publicó en la revista Science Advances un estudio que conecta dos cosas que jamás imaginarías: la enfermedad de las encías y el Alzheimer. Sí, así como lo lees. Una bacteria que vive feliz en bocas descuidadas podría tener algo que ver con el deterioro cerebral que causa esta devastadora enfermedad.

¿Y cuál es esa bacteria traicionera? 

Se llama Porphyromonas gingivalis, y es la culpable de una condición llamada periodontitis crónica (básicamente una enfermedad de encías avanzada). Pero lo más inquietante es que, según los científicos, esta bacteria puede viajar desde tu boca hasta tu cerebro. Ahí, no solo invade, sino que también libera una proteína tóxica que destruye neuronas y fomenta la producción de las placas asociadas con el Alzheimer.

Antes ya se había visto esto en ratones, pero ahora lo encontraron en tejidos cerebrales de personas reales. Y sí, los resultados son tan sorprendentes que ya se está probando un nuevo medicamento que podría frenar la destrucción cerebral bloqueando estas proteínas malvadas. Un ensayo clínico con humanos está en camino. 

¿Significa esto que si no te cepillas los dientes vas a terminar con Alzheimer

No exactamente. La ciencia aún no confirma si la bacteria es la causa o solo un factor más. Pero lo que sí sabemos es que las personas con Alzheimer suelen tener una higiene bucal más deficiente... lo que hace difícil saber qué vino primero: la enfermedad o el mal cuidado dental.

Lo que sí es seguro es que tu boca es más importante de lo que pensabas. Así que, si estabas buscando una excusa para evitar ir al dentista… mala noticia.  Ahora lo sabes: cuidar tus encías no solo es por estética, podría ser un escudo para tu cerebro.

En un emocionante avance científico, investigadores del Weill Cornell Medicine han descubierto un tratamiento prometedor para el cáncer de páncreas, un tumor altamente agresivo y letal. Este hallazgo, resultado de un meticuloso trabajo con modelos de tejidos cultivados en laboratorios llamados organoides, no solo abre nuevas puertas para futuros tratamientos, sino que también subraya la importancia de abordar procesos metabólicos cruciales en el desarrollo de terapias contra el cáncer.

El cáncer de páncreas, a pesar de su baja incidencia en la población, se clasifica entre los más mortales, siendo una de las principales causas de muerte. Con un aumento en su incidencia en los últimos años, enfrentar este desafío requiere avances en el diagnóstico precoz y la búsqueda de nuevas terapias, un reto que la comunidad médica asume con determinación.

Los científicos probaron más de 6,000 compuestos en organoides tumorales de páncreas, específicamente aquellos con una mutación común que desencadena el cáncer de páncreas. Este extenso análisis condujo a la identificación de un compuesto, el maleato de perhexilina, un medicamento existente para problemas cardíacos, que demostró suprimir de manera significativa el crecimiento de los organoides.

El Dr. Todd Evans, coautor principal del estudio y vicepresidente de investigación en cirugía, destaca la importancia de estos hallazgos al afirmar: “Nuestros resultados identifican la síntesis de colesterol hiperactiva como una vulnerabilidad abordable en la mayoría de los cánceres de páncreas”.

Los organoides, herramientas cada vez más populares en la investigación médica, han demostrado ser esenciales en este descubrimiento. Modelados a partir de tejido humano o animal, estos cultivos reproducen la complejidad arquitectónica de los órganos y pueden modificarse genéticamente para replicar condiciones específicas.

El maleato de perhexilina, un medicamento más antiguo utilizado para tratar la angina, demostró ser el más efectivo, bloqueando el crecimiento de los organoides que contenían la mutación Kras G12D, presente en la mayoría de los casos de PDAC. Este fármaco, incluso en dosis modestas, mostró resultados impresionantes al destruir algunos organoides en cuestión de días, sin afectar negativamente a los organoides sanos sin la mutación.

El análisis de los patrones genéticos reveló que el maleato de perhexilina inhibe la producción elevada de colesterol causada por la mutación Kras asociada al cáncer, al bloquear un factor regulador clave llamado SREBP2. Este enfoque en el colesterol como elemento esencial para el crecimiento tumoral ofrece una nueva estrategia para abordar el PDAC.

Aunque es poco probable que el maleato de perhexilina se utilice directamente para tratar el PDAC debido a sus posibles efectos secundarios, el equipo planea utilizarlo como punto de partida para desarrollar un fármaco más refinado y seguro. Este paso representa una prometedora dirección hacia tratamientos más efectivos y personalizados para el cáncer de páncreas.

Este avance científico, lleno de esperanza, demuestra el poder de la investigación y la tecnología en la lucha contra el cáncer. La atención se centra ahora en la transformación de estos descubrimientos en tratamientos tangibles que ofrezcan una nueva esperanza a los pacientes afectados por este cáncer desafiante.