La edad siempre ha sido un factor limitante cuando hablamos de fertilidad. Para nosotras, las mujeres, el tiempo es especialmente crítico: la calidad y cantidad de las células reproductivas, o los óvulos, disminuyen a medida que envejecen. 

Ahora, el paradigma de muchas mujeres está por cambiar. Recientes investigaciones han demostrado a través de los resultados de sus estudios con ratones que “la espermidina”, una molécula que el cuerpo humano produce de manera natural, podría mejorar la calidad de los óvulos de ratones y ralentizar el deterioro de las estructuras que los contienen.

Nature Aging explicó que sí los mismos resultados se confirman en personas, la espermidina podría aumentar las expectativas de tener hijos de mujeres que desean ser madres a una edad en que su fertilidad ha declinado y ellas han fortalezdos sus metas laborales.

Para estudiar por qué se reduce la fertilidad femenina con la edad, los investigadores han comparado los ovarios de hembras de ratón jóvenes y mayores -de 7 y de 54 semanas-. Se descubrió que la cantidad de espermidina inyectada en los ovarios de los ratones se dsiminuyó de manera drástica a medida que las hembras se hacen mayores.

También se mostró que los óvulos maduraban más rápido y tenían menos defectos en comparación con los ratones de control no tratados. Por lo que la espermidina no sólo mejoró la calidad de los óvulos sino que también ralentizó el deterioro de las estructuras que los contienen, llamadas folículos.

A pesar de su nombre, espermidina, que podría sugerir una exclusiva relación con el esperma, la espermidina se encuentra en una amplia variedad de células. Originalmente aislada del esperma, esta molécula ha demostrado tener efectos beneficiosos en la longevidad de levaduras, moscas, gusanos y células inmunológicas humanas.

 Además, una mayor ingesta dietética de espermidina se ha relacionado con una reducción de problemas relacionados con la edad en animales de laboratorio, como enfermedades cardiovasculares en ratones y deterioro cognitivo en moscas de la fruta.

La espermidina no solo tuvo efectos sobre la fertilidad. En el estudio, también mejoró la tasa de éxito en la formación de blastocistos, las bolas de células fertilizadas que se desarrollan en embriones. Esto es significativo porque sugiere un impacto más amplio en la salud reproductiva y posiblemente en otros sistemas celulares.

Lo más sorprendente del estudio es que ofrece un mecanismo potencial para estos efectos rejuvenecedores. La espermidina parece ayudar en la limpieza de las mitocondrias dañadas dentro de las células, un proceso conocido como mitofagia. Este es un punto crucial en el funcionamiento celular, especialmente en células que requieren mucha energía como los óvulos.

Si bien estos resultados son prometedores, aún queda mucho trabajo por hacer. Existen preocupaciones sobre los efectos secundarios y las dosis precisas.

No obtante, a medida que avanza la investigación, se espera que los próximos estudios se centren en la aplicabilidad de la espermidina en la fertilidad humana y en el envejecimiento. No obstante, los descubrimientos ya están siendo considerados como revolucionarios en el ámbito de la medicina reproductiva.

Hoy vas a leer la mejor Buena Noticia que te hará bailar, cantar y saltar de emoción. Se ha comprobado científicamente que ir conciertos y festivales musicales mejorarán tu salud.

De acuerdo con una investigación realizada por Patrick Fagan, profesor de la Universidad de Goldsmith y experto en ciencias del comportamiento y la sala de conciertos británica O2, tan sólo 20 minutos en un concierto cada quince días “puede suponer un aumento del 21% en la sensación de bienestar”. 

Y es que asistir a un concierto siempre trae consigo una gran experiencia, no sólo por la parte en la que escuchas la música que tanto disfrutas, sino porque lo haces en vivo, entre miles de personas viendo a tu artista o banda favorita cantando a gritos, bailando y saltando. Esa sensación es única, llena de euforia, recargando energía y a la vez liberando el estrés.

Lo resutados de esa investigación arrojó que ir a un concierto le ganan a la práctica de yoga, que es de un 10%, o el de pasear o pasar tiempo con alguna mascota, un 7%.

El efecto de la música en directo, mejoró hasta en 25% los sentimientos de autoestima y de comunidad. Igualmente, la estimulación mental fue la más beneficiada, con una mejora del 75%. 

En el estudio las personas participaron en varios análisis psicométricos y de ritmo cardíaco mientras realizaban múltiples actividades. Otros datos incluidos en el informe son que los altos niveles de bienestar que aumentan la esperanza de vida hasta nueve años, lo que apuntaría a una relación directa entre la asistencia a conciertos y la longevidad. 

El Royal College of Music y el Imperial College London de Reino Unido explicaron que asistir a un concierto reduce los glucocorticoides, la progesterona y los niveles de cortisol, considerada la principal hormona del estrés; la cual aumenta la glucosa en el torrente sanguíneo y altera las respuestas del sistema inmunitario. También suprime el sistema digestivo, el sistema reproductor y los procesos de crecimiento.

Mientras que un reporte de NeuroImage estableció que puede apreciarse sincronía entre en la actividad cerebral del público y del artista o banda. Cuanto mayor es el grado de sincronía, según el estudio, más disfruta el público de la actuación; lo que según el documento, demuestra que la experiencia musical es profunda. Bailamos y sentimos las mismas emociones juntos, y las neuronas también se “encienden” juntas. Así que a asistir a conciertos para vivir mejor y más tiempo.