Un sueño, una promesa, el fútbol

El fútbol es mucho más que un deporte. A veces, se convierte en un puente para cumplir sueños que trascienden cualquier límite, como el caso de Lorenzo, un niño francés que enfrenta una enfermedad incurable y cuyo mayor deseo era conocer a su ídoloKylian Mbappé.

Esta emotiva historia se volvió viral cuando el Real Madrid compartió un video mostrando el conmovedor encuentro entre Lorenzo y el delantero francés. En las imágenes, se escucha al pequeño expresar su último deseo con una sola palabra: “Mbappé”.

El astro del fútbol no solo escuchó su pedido, sino que lo hizo realidad de una manera inolvidable. Mbappé organizó la visita de Lorenzo al mítico estadio Santiago Bernabéu, donde no solo lo recibió con los brazos abiertos, sino que también lo presentó a otros jugadores del equipo. Entre risas y emociones, le dijo: “Al final has venido”, reflejando la calidez y cercanía de un momento que quedará grabado para siempre en la memoria del niño.

“En la vida hay cosas más importantes que el fútbol”, declaró Mbappé. “Este fue un momento increíble para Lorenzo, y estoy feliz de haber podido contribuir a su felicidad”. Estas palabras demuestran que, más allá de los goles y los trofeos, el verdadero triunfo está en los actos de humanidad.

La madre de Lorenzo también expresó su gratitud. “Esto es un sueño hecho realidad para él. Está muy feliz, no solo por ver jugar al Real Madrid, sino por haber conocido a Mbappé. Muchas gracias por todo”, dijo emocionada.

Lorenzo, quien padece un glioma en la parte trasera del cerebro, vivió una experiencia que trasciende cualquier partido. Su sonrisa y la emoción de ese día son prueba de que los gestos de bondad, como el de Mbappé, tienen un impacto que ningún marcador puede medir.

A veces, los héroes son aquellos que deciden marcar la diferencia en la vida de los demás, hoy lo fue Mbappé.

El célebre chef Germán Martitegui ha dado un paso significativo en su carrera culinaria al abrir un restaurante completamente basado en plantas. Esta decisión no solo marca un cambio en su vida profesional, sino también en su vida personal, ya que ha decidido criar a sus hijos, Lautaro y Lorenzo, bajo una estricta dieta vegetariana. Martitegui, de 57 años, asegura que ni él ni sus hijos “comen animales muertos”.

En una reciente entrevista, Germán compartió que la pandemia fue un momento de reflexión profunda que lo llevó a reconsiderar su alimentación. “Durante el encierro, comencé a analizar la posibilidad de hacerme vegetariano. Justo habían nacido mis hijos. Empecé a pensar, ¿qué les doy de comer? ¿Cuál es la comida del futuro? Todos en ese momento, me parece, tuvimos una visión de decir, ¿qué va a pasar con este planeta?”, relató el chef.

La transición hacia una dieta vegetariana no fue solo una decisión personal, sino una filosofía que quiso transmitir a sus hijos desde muy temprana edad. “A ellos les explico por qué no comemos carne, no comemos animales muertos. No puedo hablar de calentamiento global aún, claramente. Pero ellos ya internalizaron que no podés matar un animal para comer. Entienden con cinco años este concepto y están super alineados”, explicó Martitegui.

La alimentación en su hogar se ha convertido en un laboratorio culinario donde Germán experimenta con diversos ingredientes y preparaciones para sus hijos. “Casa se volvió quizás un laboratorio de experimentos en la cocina. Y yo cuando cocino para ellos trato de hacerlo lo más rico posible. ¡Comen de todo! Les gustan mucho las arepas, cualquier vegetal les encanta. Todo tipo de porotos, negros, blancos, en puré, en hamburguesas. Todo tipo de especias y cítricos. Comen mucha fruta y verdura. Morfan como locos”, detalló con entusiasmo.

Sin embargo, Martitegui reconoce que no es fácil mantener esta filosofía alimentaria en todos los contextos. En particular, menciona las dificultades que enfrentan durante las fiestas de cumpleaños. “Nada puede ser muy extremo porque ellos se mueven en un mundo donde esa comida existe y tienen un compañero que va ir seguramente al colegio con unas galletitas y papas fritas en la mochila. Ellos saben que hace mal. Los primeros cumpleaños fueron muy difíciles. Ahora ya están en otro lugar. Carne no comen. Están en la mesa con los sanguchitos y los ves sacándole el jamón”, comentó.

Germán tuvo a sus hijos Lautaro y Lorenzo hace cinco años mediante subrogación de vientre, y se ha convertido en un padre dedicado y comprometido. “Mi paternidad es como la de cualquiera”, afirmó. “Si venís a las 06:30 de la mañana un día de semana ¡mi casa es un quilombo! Estamos jugando, saltando. Ellos saben que es nuestro momento. También ponemos música, armamos carpas en el living, corremos, un montón de cosas. Nos divertimos mucho. Después desayunamos bien, comemos mucha fruta. Los ayudo a vestirse para ir al colegio”, añadió.