La industria musical ha dado un paso significativo hacia la sostenibilidad gracias a Coldplay, la primera banda en publicar un reporte de sustentabilidad detallando el impacto ambiental de su gira mundial “Music Of The Spheres” (MOTS). Este informe marca un hito en la integración de prácticas ecoamigables en el ámbito de los conciertos, subrayando el compromiso del grupo británico con el medioambiente y las comunidades locales.

La conciencia ambiental de Coldplay se hizo pública en 2019, cuando Chris Martin, el carismático vocalista de la banda, anunció que suspenderían sus giras hasta encontrar una manera de hacerlas más sostenibles. Esta pausa, que coincidió con los años de pandemia, permitió a la banda reevaluar y reinventar la forma en que llevaban su música al mundo, culminando en el lanzamiento de la gira MOTS en 2021.

La estrategia de Coldplay se basa en tres principios fundamentales:

Reducción del CO2 en un 50%: La banda ha implementado medidas exhaustivas para minimizar las emisiones de dióxido de carbono, logrando una reducción del 47% en comparación con su gira anterior de 2016-2017. Esto se ha conseguido mediante el reciclaje y la identificación de las principales fuentes de emisiones, buscando constantemente formas de mitigarlas.

Innovación Tecnológica y Turismo Sostenible: Coldplay ha adoptado tecnologías ecológicas innovadoras para hacer sus conciertos más sostenibles. Desde la organización logística de la gira hasta el transporte de sus fans, la banda ha trabajado en desarrollar métodos de turismo con bajo impacto en carbono.

Restauración Ambiental: A través de la financiación de proyectos basados en la naturaleza y la tecnología, Coldplay ha contribuido a la restauración del planeta. Entre las iniciativas destacadas se encuentra la plantación de 5 millones de árboles, monitoreados por One Tree Planted, y la instalación de un interceptor de ríos con energía solar en el río Klang, Malasia, en colaboración con The Ocean Cleanup.

El reporte de sustentabilidad de Coldplay, validado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), revela logros impresionantes. Además de la significativa reducción de CO2, la banda eliminó 158 toneladas de desechos, incluyendo 13 toneladas de plástico que potencialmente habrían contaminado los océanos. En sus conciertos, generaron energía sostenible mediante instalaciones solares, pistas de baile cinéticas y bicicletas eléctricas que convertían el movimiento en electricidad.

Coldplay también ha demostrado un fuerte compromiso social. Durante la gira, donaron 770 kg de comida y 73 kg de artículos de catering a personas sin hogar, reflejando su enfoque holístico hacia la sostenibilidad.

La experiencia inmersiva de Coldplay no solo ha sido ambientalmente consciente, sino también innovadora y participativa. En los conciertos, los fans usaron pulseras Xylobands hechas de materiales 100% compostables que se iluminaban al ritmo de la música. En Chile, el 86% de estas pulseras fueron devueltas para su compostaje, mientras que en Argentina, el 94% de los asistentes hicieron lo mismo, mostrando un alto nivel de compromiso de los fans con la iniciativa de la banda.

El reporte de Coldplay no solo destaca los logros de la banda, sino que también establece un nuevo estándar para la industria musical. Su enfoque innovador y sus logros significativos sirven como inspiración para otros artistas y promotores de eventos en todo el mundo.

“Queremos que nuestros conciertos sean beneficiosos para el planeta. Este es solo el comienzo y estamos comprometidos a mejorar continuamente” agregó Chris Martin. Coldplay ha demostrado que es posible combinar entretenimiento y sostenibilidad, marcando el camino hacia un futuro más verde en la música en vivo.

En un esfuerzo por abordar la alta mortalidad por cáncer de pulmón en regiones de bajos y medianos ingresos, investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) han desarrollado una tecnología innovadora: sensores inhalables basados en nanosensores. Este avance representa una alternativa revolucionaria a los métodos de detección actuales, especialmente en lugares donde la tomografía computarizada de baja dosis no está disponible.

La mortalidad por cáncer de pulmón ha experimentado una disminución constante en países desarrollados, gracias a los avances en herramientas de detección temprana y mejoras en los tratamientos.

Sin embargo, en regiones menos desarrolladas, la detección tardía sigue siendo un problema significativo. La Dra. Sangeeta Bhatia, líder del equipo de investigación y catedrática en Ciencias de la Salud y Tecnología, destaca la importancia de hacer accesible esta tecnología en áreas afectadas por la contaminación y el tabaquismo.

La nueva técnica se basa en nanosensores poliméricos que, administrados a través de un inhalador o nebulizador, pueden detectar proteínas relacionadas con el cáncer en los pulmones. La señal generada se acumula en la orina, donde se puede analizar mediante una tira reactiva, ofreciendo un método de diagnóstico rápido y preciso.

Qian Zhong, uno de los investigadores del MIT, destaca que se buscaba desarrollar un método con alta sensibilidad y especificidad, al mismo tiempo que se reducía el umbral de accesibilidad.

Dos formulaciones distintas han sido creadas para adaptarse a diferentes contextos: una que puede aerosolizarse y administrarse con un nebulizador, y otra en forma de polvo seco que puede ser inhalada. Esto amplía las posibilidades de implementación en diversas condiciones de atención médica.

En ensayos con ratones genéticamente modificados para desarrollar tumores de pulmón, la efectividad y precisión del sistema se demostraron en estadios equivalentes al cáncer humano en fases I y II. Utilizando un algoritmo de aprendizaje automático, los investigadores identificaron una combinación de solo cuatro sensores que proporcionaban resultados de diagnóstico precisos.

Es esencial destacar que aunque la combinación seleccionada demostró ser efectiva en ratones, podrían ser necesarios más sensores para una aplicación precisa en seres humanos. No obstante, este enfoque representa una prometedora mejora en el cribado del cáncer de pulmón, especialmente en lugares donde la tomografía computarizada no está fácilmente disponible.

Con la implementación exitosa de esta tecnología, podríamos estar ante un cambio significativo en la lucha contra el cáncer de pulmón, brindando esperanza a aquellos que enfrentan limitaciones en el acceso a tecnologías de diagnóstico avanzadas.

Un programa de Inteligencia Artificial (IA) parece ser capaz de reducir la carga de trabajo de los radiólogos en la detección del cáncer de mama, según los primeros estudios publicados, aunque aún es demasiado pronto para concluir sobre su eficacia.

La inteligencia artificial encontró más cánceres de mama que los médicos con años de capacitación y experiencia, no obstante esto no significa que su hospital permitirá que una computadora determine si tiene cáncer en el corto plazo. 

Todavía queda mucha más investigación por hacer, menciona ‘The Lancet Oncology’ quienes realizaron el estudio y lo publicaron en Suecia. Además concluyeron que no hay riesgo de que los radiólogos utilicen dicho software de IA para orientar y mejor sus análisis en la detección del cáncer de mama.

El uso de dicha tecnología podría disminuir la carga de trabajo de los médicos porque el procedimiento que involucra la Inteligencia Artificial solo necesitaría de un profesional.

Los investigadores dividieron a unas 80.000 mujeres en dos grupos de tamaño similar. Todas ellas se realizaron una mamografía; el primer grupo se revisó de forma convencional, es decir con la mirada de dos radiólogos independientes, mientras que los datos del segundo fueron examinados primero por una IA y luego por un solo radiólogo.

El grupo asistido por la IA no registró peores o mejores resultados e incluso se detectó un número un poco más elevado de cánceres. La tasa de “falsos positivos”, fue similar para el segundo caso.

Así mismo, se están desarrollando varios programas de Inteligencia Artificial para ayudar a los médicos en la detección del cáncer. Se está creando un programa en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) para detectar un alto riesgo de cáncer de mama en el futuro en función de las mamografías actuales, algo que los médicos no pueden hacer en este momento.