Imagínate un futuro donde una simple luz roja pueda ayudar a las personas a recuperar el movimiento y la sensación después de una lesión en la médula espinal. Pues ese futuro podría estar más cerca de lo que crees. Un grupo de científicos de la Universidad de Birmingham ha dado un gran paso adelante en la medicina regenerativa, utilizando terapia con luz roja para reparar las lesiones en la médula espinal.

Zubair Ahmed, quien lidera este innovador proyecto, explicó: “Curiosamente, este aspecto del estudio demostró que el efecto de la luz de 660 nm era neuroprotector. Esto significa que mejoraba la supervivencia de las células nerviosas, y neuroregenerativo”. En otras palabras, la luz roja no solo protege las células nerviosas, sino que también las ayuda a regenerarse.

El enfoque es tan revolucionario como parece. Los científicos desarrollaron un dispositivo implantable que emite luz roja directamente en el lugar de la lesión. Durante la cirugía, los médicos pueden implantar este dispositivo, el cual luego comienza a hacer su magia. En tan solo cinco días de tratamiento, los investigadores observaron un aumento del 45% en la viabilidad celular. Eso significa que las células en la zona de la lesión estaban mucho más saludables y más capaces de repararse a sí mismas.

Pero eso no es todo. El estudio también probó un método menos invasivo, donde la luz roja se aplica a través de la piel. Ambos enfoques, el implante y la terapia transcutánea, demostraron ser efectivos. Los resultados mostraron una reducción significativa de las cicatrices en el tejido de la lesión y una recuperación funcional impresionante. La dosis óptima fue de un minuto de luz diaria durante siete días.

Este avance podría cambiar la vida de miles de personas que sufren lesiones en la médula espinal. Las conexiones nerviosas, que antes parecían irrecuperables, ahora tienen una nueva esperanza gracias a la luz roja. Y aunque el tratamiento está aún en fase de pruebas preclínicas, los resultados hasta ahora son prometedores.

En un mundo donde las lesiones de la médula espinal han dejado a tantas personas sin esperanza de recuperación, esta innovadora terapia con luz roja ofrece un rayo de luz, tanto literal como figurativamente. La ciencia sigue sorprendiendo, y tal vez, en un futuro no tan lejano, una simple luz podría ser la clave para restaurar la vida de quienes han perdido tanto.

La historia de Tim Marovt, un joven esloveno de 21 años, es un testimonio conmovedor de resiliencia y determinación. Tras un accidente que lo dejó parapléjico a los 12 años, Tim ha desafiado todas las expectativas médicas y ahora corre maratones, acumulando logros impresionantes y soñando con metas aún más grandes.

A los 12 años, Tim Marovt era un apasionado del surf, pero su vida dio un giro drástico cuando sufrió un grave accidente que le dañó la médula espinal. Los médicos le dijeron que nunca volvería a caminar, una sentencia que hubiera quebrantado el espíritu de muchos. Sin embargo, Tim no se dejó vencer. Con una determinación inquebrantable, se embarcó en un arduo proceso de rehabilitación que incluyó fisioterapia, auto-ejercicios y dispositivos de estiramiento.

Un año después del accidente, Tim desafiaba las predicciones médicas al caminar sin ayuda. Aunque todavía depende de muletas y enfrenta dolores significativos, su progreso es notable. “El poder está en la mente”, escribe Tim en sus redes sociales, un lema que refleja su enfoque positivo y su espíritu de lucha.

Tim no se ha conformado con caminar; ha llevado su recuperación a niveles extraordinarios. Hasta la fecha, ha participado en 15 carreras de 10 kilómetros, compitiendo en ciudades como Londres, París, Dallas, Manchester, Viena y Liubliana. Además, en 2023, logró escalar el pico más alto de Eslovenia, un hito que simboliza su capacidad para superar obstáculos aparentemente insuperables.

El próximo objetivo de Tim es completar una media maratón en 2024. “En 2024, mi objetivo es dar pasos aún más significativos”, declara con entusiasmo en su cuenta de Instagram. Esta meta es un reflejo de su inquebrantable deseo de seguir avanzando y demostrando que las limitaciones físicas pueden ser superadas con la mentalidad adecuada.

Pero los sueños de Tim no terminan ahí. Entre sus aspiraciones futuras está el regreso a su amada actividad de surf en Hawaii y la participación en el mundial de Ironman, una de las competiciones más exigentes del mundo. Este evento no solo sería una hazaña física impresionante, sino también un símbolo de su capacidad para transformar la adversidad en triunfo.

“La clave está en nunca rendirse”, dice Tim. “Me mantuve firme en mi determinación de superar todos los retos y alcanzar todo mi potencial”. Estas palabras no solo motivan a quienes enfrentan desafíos similares, sino que también inspiran a todos aquellos que buscan superar sus propios obstáculos, sean físicos o no. La historia de Tim Marovt es un poderoso recordatorio de la capacidad humana para superar la adversidad.

El Parkinson es una enfermedad muy asimétrica, por lo que generalmente afecta sólo a un lado del cuerpo y con esta técnica (neuroprótesis) se podrá estimular de manera selectiva la región más afectada, asegura el neuroingeniero español Eduardo Martín Moraud, responsable del proyecto.

La neuroprótesis está compuesta por electrodos que se instalan encima de la médula espinal y se conectan de forma directa con un neuroestimulador implantado en la zona subcutánea del abdomen, que es a su vez controlado desde el exterior mediante un mando a distancia.

La gran esperanza se dio en los laboratorios de los neurocientíficos del Hospital Universitario de Lausana, en Suiza, quienes crearon exitosamente la neuroprótesis que permite que los enfermos de párkinson en fase avanzada puedan volver a caminar de forma normal, una habilidad que pierden en nueve de cada diez casos, y además presentaron al primer paciente del mundo tratado con esta tecnología.

Marc, un paciente francés de 62 años, recibió la nueva neuroprótesis y tras varios meses de rehabilitación, ha podido superar por completo los problemas que tenía para caminar, ya que no respondían a ninguno de los tratamientos que había recibido, reveló para EFE en una parte de la presentación a la prensa del avance científico. Ahora, Marc camina sin ninguna ayuda alrededor de seis kilómetros, sin dolores, ni cansancio.

Antes de probar con humanos se realizaron ensayos con primates a fin de determinar los parámetros que debía tener la neuroprótesis, como la potencia requerida, la zona que se debía estimular en cada caso y el mejor método para hacerlo.

A diferencia de la paraplejia, el Parkinson no impide que el cerebro mande la instrucción del movimiento a las piernas a través de la médula espinal, sino que “altera o debilita” la transmisión de este mensaje.

Ante el caso exitoso de Marc, el equipo de NeuroRestore planea realizar a continuación un ensayo de entre 80 y 100 participantes para demostrar la seguridad y eficacia de la neuroprótesis, y así solicitar la aprobación de las autoridades sanitarias para su uso. 

Los siguientes ensayos clínicos con seis pacientes serán financiados con aportes de la Fundación Michael Fox, creada por el actor Michael Fox, una de las personalidades con Parkinson más conocidas en el mundo por su rol en la trilogía “Regreso al Futuro” y que financia investigaciones para encontrar una cura a esta enfermedad degenerativa.

También se planea formar profesionales en este campo y de distintos ámbitos de la salud y la tecnología para que puedan trabajar de forma conjunta en el avance y la aplicación futura de esta nueva neuroprótesis.