Luego de haber sido los anfitriones del Mundial de futbol el pasado 2018, los rusos decidieron que tenían que hacer algo con todos los vasos que fueron utilizados en los estadios, que superó la cifra de 50,000 unidades.

Fue así que surgió la idea de crear una cancha de futbol, en primer lugar para reutilizar toda esa basura y en segundo para recordar por siempre, aquella vez que vivieron un evento deportivo internacional.

Con la recolección, se construyó una cancha de futbol hecha a base de plástico reciclado, promoviendo la sustentabilidad y la protección al medio ambiente.

Más de 2.5 toneladas de plástico fueron procesadas y convertidas en tiras delgadas para utilizarse posteriormente como una especie de pasto artificial en un campo de 65 x 42 metros ubicado en Sochi, Rusia.

Además de ayudar a reducir el impacto medio ambiental, este programa busca ser un factor de cambio, esperando que otros sigan sus pasos.