
Los has visto volar como si fueran magia en movimiento. Pequeños, veloces, brillantes. Los colibríes parecen salidos de un cuento… pero lo que muchos no saben es que están viviendo una pesadilla. En México, estos diminutos guardianes del equilibrio natural están siendo cazados ilegalmente por un motivo absurdo: “amarres de amor”. Sí, rituales que prometen un romance eterno, pero lo que realmente están matando es biodiversidad.
Y ahora, la ley dice: hasta nueve años de cárcel por capturarlos, tenerlos o usarlos en prácticas como esas. ¿Multas? Hasta 600 mil pesos, dependiendo de tu salario.
¿Exagerado?
Para nada. Esta especie está en riesgo, y cada colibrí que desaparece es una pérdida para el ecosistema.Son vitales para que muchas plantas sigan existiendo: su trabajo como polinizadores mantiene el ciclo de vida de miles de especies. Sin ellos, el equilibrio se rompe.
México tiene el privilegio de albergar 58 de las más de 350 especies de colibríes en el mundo. Pero también tiene el gran reto de protegerlas, porque el tráfico ilegal no se detiene. Muchos son atrapados para venderlos como “amuletos” o usarlos en rituales oscuros. Suena a leyenda urbana, pero pasa más de lo que crees. Y la Profepa, la autoridad ambiental, ya está tomando cartas duras en el asunto.
Además, si lo haces en zonas protegidas o con fines comerciales, la cosa se pone peor: tres años extra de prisión y otra buena multa. ¿Vale la pena arriesgar tanto por una promesa de amor hecha con sufrimiento? NUNCA.
La buena noticia es que puedes hacer algo real y con más amor. Si ves un colibrí enjaulado, en venta o algo sospechoso, denuncia. Puedes hacerlo desde tu cel: entra a www.profepa.gob.mx, llama al 800-776-3372 o escribe a denuncias@profepa.gob.mx.
No se trata solo de “salvar pajaritos”, se trata de cuidar el equilibrio que sostiene la vida. Lo que haces importa. Los colibríes no necesitan estar atrapados para traer magia. Déjalos volar, déjalos vivir.