En un esfuerzo innovador y ambientalmente consciente, Hong Kong está utilizando las conchas desechadas de ostras provenientes de restaurantes y hoteles para restaurar sus dañados arrecifes de ostras. Esta iniciativa no solo apunta a la regeneración de los arrecifes, sino que también subraya la importancia de las ostras en la limpieza de las aguas y la sustentabilidad del ecosistema marino.

La Magallana hongkongensis, conocida comúnmente como la ostra de Hong Kong, posee una capacidad única para filtrar impurezas del agua. Cada ostra puede limpiar hasta 200 litros de agua al día, una hazaña impresionante que destaca su importancia ecológica. Durante décadas, los arrecifes de ostras han sufrido degradación debido a la contaminación y la explotación excesiva. Sin embargo, un esfuerzo conjunto de restaurantes, servicios municipales y organizaciones conservacionistas está cambiando esta realidad.

El proceso de restauración comienza en los restaurantes y hoteles de Hong Kong, donde se recogen las conchas desechadas de ostras. The Nature Conservancy, una de las ONG conservacionistas más grandes de Estados Unidos, lidera este esfuerzo en la ciudad. Cada jueves, sus vehículos recorren la ciudad recolectando sacos de conchas usadas, que son llevadas a un vertedero especial para secar al sol, eliminando cualquier residuo de carne y bacterias.

Después de un año de secado, las conchas son transportadas a las aguas donde se identificaron arrecifes con potencial de regeneración. Este proceso asegura que las conchas estén libres de contaminantes y listas para contribuir a la reconstrucción de los arrecifes.

Desde el inicio del proyecto en 2020, se han recolectado y reciclado aproximadamente 80 toneladas de conchas, provenientes de 12 hoteles, supermercados y diversos restaurantes más pequeños. Las conchas recicladas no solo aumentan la masa de material en los arrecifes, permitiendo que las larvas de ostras se adhieran y crezcan, sino que también proporcionan hábitat para esponjas marinas y otras formas de vida marina esenciales.

Estos organismos marinos no solo encuentran refugio en las conchas, sino que también establecen relaciones de codependencia con otras criaturas marinas, apoyando a niveles superiores de la red alimentaria marina. El aumento de la biodiversidad en estos arrecifes es un indicador positivo de la salud del ecosistema marino.

La Universidad de la Ciudad de Hong Kong y el Instituto Swire de Ciencias Marinas están llevando a cabo estudios para cuantificar el impacto de estos esfuerzos de restauración. Trabajando en conjunto con The Nature Conservancy y productores locales de ostras, estas instituciones buscan determinar hasta qué punto es posible restablecer las poblaciones de ostras mediante el reciclaje de conchas.

Los primeros resultados son prometedores, mostrando una regeneración gradual de los arrecifes y una mejora en la calidad del agua. Sin embargo, la restauración completa es un proceso a largo plazo que requiere un esfuerzo continuo y colaborativo.

El proyecto de reciclaje de conchas de ostras en Hong Kong es un ejemplo brillante de cómo la cooperación entre diferentes sectores puede generar un impacto positivo en el medio ambiente; dicha iniciativa no solo mejora la salud de los arrecifes de ostras, sino que también promueve la sustentabilidad y la conciencia ecológica en la comunidad.

 En un hito histórico para el bienestar animal, Chile se ha convertido en el cuarto país latinoamericano en prohibir el testeo en animales para cosméticos. Esta decisión, anunciada tras la aprobación unánime del proyecto de ley el pasado 20 de diciembre por el Senado chileno, representa un paso significativo hacia un mundo más compasivo y ético.

La campaña emblemática “Be Cruelty Free Chile”, liderada por la ONG Te Protejo y Humane Society International, desempeñó un papel fundamental en esta transformación. Con el cortometraje conmovedor #SaveRalph, que retrata el sufrimiento de un conejo animado sometido a pruebas cosméticas, lograron sensibilizar a la sociedad y recoger más de 300 mil firmas en apoyo a la iniciativa.

Nicole Valdebenito, directora de Concientización e Incidencia de Te Protejo, expresó su gratitud por este logro: “Este es un hito para nuestra organización y para el derecho animal en Chile”. La aprobación de esta ley no solo impide la experimentación en animales para la industria cosmética, sino que también prohíbe la importación de productos e ingredientes testeados en animales.

El respaldo abrumador de la sociedad chilena fue evidente, con un 72% de la población a favor de la prohibición, según una encuesta realizada. Además, la iniciativa contó con el apoyo de la industria cosmética nacional, autoridades sanitarias y diversas organizaciones civiles.

El senador Juan Luis Castro, presidente de la Comisión de Salud, celebró este hito como un avance significativo en la protección animal. Destacó que esta decisión coloca a Chile en la vanguardia de la lucha contra la crueldad hacia los animales, asegurando que “nunca más en Chile un cosmético se haya experimentado en un animal sintiente”.

Daniela Benavides, directora de Humane Society International, enfatizó el impacto global de esta medida: “Gracias a la pasión y determinación de los consumidores amantes de los animales, las marcas de belleza y políticos en todo el mundo, las pruebas de cosméticos con animales han sido prohibidas en 45 países”.

Con la inclusión de Chile en esta lista, ya son cuatro los países latinoamericanos que han dado el paso hacia un futuro libre de crueldad en la industria cosmética. Colombia, México y Guatemala han precedido a Chile en esta iniciativa humanitaria.

La prohibición del testeo en animales para cosméticos en Chile no solo marca un avance legislativo crucial, sino que también refleja un cambio cultural hacia prácticas más éticas y compasivas en la industria cosmética. 

Es un recordatorio poderoso del impacto positivo que puede tener la colaboración entre organizaciones, la sociedad civil y las autoridades gubernamentales en la protección de los derechos de los animales.

La naturaleza nos dio otra oportunidad.

Un guacamayo o papagayo azul, especie que se hizo famosa gracias a la película “Río” de la casa productora DreamWorks, y que se creía extinta hace algunos años,  ha nacido en un taller de aves manejado por la ONG Asociación de Ornitófilos y Afines (Asora) en la ciudad de Luque, en Paraguay y gracias a su nacimiento, la especie ha dejado de ser declarada como extinta. Al parecer la madre naturaleza, no quiere que este animalito exótico desaparezca de la faz de la tierra.

La asociación civil, contaba con apenas 150 ejemplares de guacamayo azul en cautiverio, y según lo que declaró Gustavo Espíndola, (que es el líder del proyecto) a diferentes medios de comunicación locales, la pequeña cría nació en perfecto estado de salud.

Con su llegada al planeta, ha nacido también una segunda oportunidad para la raza humana, que si sabemos aprovecharla, permitirá que nuevas generaciones, puedan ver con sus propios ojos al ave azul, volar por el cielo.