En una época donde la magia de dar nunca se pierde, los estudiantes de la Universidad de Sonora (Unison) decidieron llevar alegría a comunidades vulnerables y, al mismo tiempo, salvar al planeta

¿Cómo lo hicieron?

Con el Juguetón Sustentable, una iniciativa que demuestra que reciclar también puede regalar sonrisas

Este año, alrededor de cuatro mil juguetes reciclados están cambiando vidas. Estos juguetes, que muchos considerarían basura, fueron rescatados y reacondicionados por los estudiantes de la Facultad Interdisciplinaria de IngenieríaJavier Esquer Peralta, coordinador del proyecto, lo explica mejor: “Prolongamos la vida de los juguetes y reducimos la cantidad de residuos. Pero, sobre todo, llevamos esperanza y felicidad a quienes más lo necesitan”.

Imagina juguetes que, en lugar de terminar en un basurero, llegan a las manos de niños y niñas en situación vulnerable. Los pequeños de zonas como Bahía de Kino, Mesa Tres Ríos y comunidades indígenas recibirán estos regalos justo a tiempo para Navidad“Cada juguete entregado es una oportunidad para recordar que lo que desechamos aún puede tener valor”, dice Francisca Monge Amaya, académica que participa en el proyecto.

Este no es solo un acto de bondad. También es un ejercicio de conciencia. Los estudiantes no solo aprendieron sobre sustentabilidad, sino que vivieron en carne propia cómo pequeñas acciones pueden transformar realidades“El reciclaje no solo cuida el planeta, también cuida a nuestra gente”, señalan los participantes.

Además, detrás de esta iniciativa hay más de 30 grupos de estudiantes y el apoyo de ocho académicos que, como verdaderos héroes anónimos, hicieron posible esta labor titánica. Gracias a ellos, asociaciones como Pintando Sonrisas y Casas de Refugio verán a más niños felices esta Navidad. 

Así que, la próxima vez que pienses en tirar un juguete viejo¡piénsalo dos veces! Reciclar no solo ayuda al medio ambiente, también puede ser una puerta a la felicidad de alguien más. Porque regalar una sonrisa es, quizás, ¡el mejor regalo de todos!

¿Qué pasaría si el plástico que tiras hoy se convirtiera en el combustible que usas mañana? 

En Cancún, México, una planta llamada Petgás está haciendo justamente eso. Utilizando una tecnología revolucionaria, los desechos plásticos se transforman en gasolina, diésel, keroseno y otros combustibles, dándole una nueva vida a uno de los materiales más contaminantes del planeta.

El ingeniero mexicano Edgar Padilla Rodríguez es el cerebro detrás de este avance. “Desplastificar los ecosistemas y convertir el plástico en energía limpia es el desafío que nos propusimos desde el principio”, comenta Padilla, quien en 2020 logró patentar esta innovadora tecnología. A diferencia de las opciones tradicionales de reciclaje, que solo procesan plásticos limpios y en buen estado, esta planta es capaz de aprovechar todo tipo de plásticos, incluso los más deteriorados.

Andoni Álvarez Helling, asesor de Petgás, explica la importancia de este proceso. “El reciclaje convencional no puede trabajar con plástico sucio o degradado, pero nuestra tecnología sí. Podemos procesar desde plásticos comunes hasta unicel y colillas de cigarro, materiales que son extremadamente difíciles de reciclar.” Esto significa que residuos que llevan años contaminando playas y mares, ahora pueden convertirse en energía útil.

Pero, ¿cómo funciona exactamente esta transformación? El proceso que utiliza Petgás es conocido como pirolisis no catalítica, un método que descompone el plástico en combustibles sin quemarlo, lo que evita la emisión de gases contaminantes. El resultado es una gasolina que, según Álvarez, tiene hasta un 50% menos de emisiones de dióxido de carbono que los combustibles convencionales y un rendimiento superior. “Estamos hablando de combustibles más puros y con un mayor octanaje, lo que se traduce en mayor potencia para los motores”, agrega.

Actualmente, la planta ya tiene acuerdos con diversas empresas para recolectar plásticos y venderles el combustible que generan. Aunque la producción es limitada, con un volumen que podría abastecer a una flotilla de unos 20 vehículos, el futuro parece prometedor. La visión de Petgás incluye la creación de estaciones de servicio en Cancún, donde cualquier persona podrá cargar su automóvil con combustible derivado de plásticos reciclados.

Este avance representa un cambio radical en cómo vemos los residuos plásticos. No solo dejan de ser basura, sino que se convierten en una fuente de energía limpia y eficiente. Con esta iniciativa, México no solo está transformando plásticos en combustibles, está ayudando a darle ¡un respiro al planeta!

La industria musical ha dado un paso significativo hacia la sostenibilidad gracias a Coldplay, la primera banda en publicar un reporte de sustentabilidad detallando el impacto ambiental de su gira mundial “Music Of The Spheres” (MOTS). Este informe marca un hito en la integración de prácticas ecoamigables en el ámbito de los conciertos, subrayando el compromiso del grupo británico con el medioambiente y las comunidades locales.

La conciencia ambiental de Coldplay se hizo pública en 2019, cuando Chris Martin, el carismático vocalista de la banda, anunció que suspenderían sus giras hasta encontrar una manera de hacerlas más sostenibles. Esta pausa, que coincidió con los años de pandemia, permitió a la banda reevaluar y reinventar la forma en que llevaban su música al mundo, culminando en el lanzamiento de la gira MOTS en 2021.

La estrategia de Coldplay se basa en tres principios fundamentales:

Reducción del CO2 en un 50%: La banda ha implementado medidas exhaustivas para minimizar las emisiones de dióxido de carbono, logrando una reducción del 47% en comparación con su gira anterior de 2016-2017. Esto se ha conseguido mediante el reciclaje y la identificación de las principales fuentes de emisiones, buscando constantemente formas de mitigarlas.

Innovación Tecnológica y Turismo Sostenible: Coldplay ha adoptado tecnologías ecológicas innovadoras para hacer sus conciertos más sostenibles. Desde la organización logística de la gira hasta el transporte de sus fans, la banda ha trabajado en desarrollar métodos de turismo con bajo impacto en carbono.

Restauración Ambiental: A través de la financiación de proyectos basados en la naturaleza y la tecnología, Coldplay ha contribuido a la restauración del planeta. Entre las iniciativas destacadas se encuentra la plantación de 5 millones de árboles, monitoreados por One Tree Planted, y la instalación de un interceptor de ríos con energía solar en el río Klang, Malasia, en colaboración con The Ocean Cleanup.

El reporte de sustentabilidad de Coldplay, validado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), revela logros impresionantes. Además de la significativa reducción de CO2, la banda eliminó 158 toneladas de desechos, incluyendo 13 toneladas de plástico que potencialmente habrían contaminado los océanos. En sus conciertos, generaron energía sostenible mediante instalaciones solares, pistas de baile cinéticas y bicicletas eléctricas que convertían el movimiento en electricidad.

Coldplay también ha demostrado un fuerte compromiso social. Durante la gira, donaron 770 kg de comida y 73 kg de artículos de catering a personas sin hogar, reflejando su enfoque holístico hacia la sostenibilidad.

La experiencia inmersiva de Coldplay no solo ha sido ambientalmente consciente, sino también innovadora y participativa. En los conciertos, los fans usaron pulseras Xylobands hechas de materiales 100% compostables que se iluminaban al ritmo de la música. En Chile, el 86% de estas pulseras fueron devueltas para su compostaje, mientras que en Argentina, el 94% de los asistentes hicieron lo mismo, mostrando un alto nivel de compromiso de los fans con la iniciativa de la banda.

El reporte de Coldplay no solo destaca los logros de la banda, sino que también establece un nuevo estándar para la industria musical. Su enfoque innovador y sus logros significativos sirven como inspiración para otros artistas y promotores de eventos en todo el mundo.

“Queremos que nuestros conciertos sean beneficiosos para el planeta. Este es solo el comienzo y estamos comprometidos a mejorar continuamente” agregó Chris Martin. Coldplay ha demostrado que es posible combinar entretenimiento y sostenibilidad, marcando el camino hacia un futuro más verde en la música en vivo.

En un rincón de Europa, la conciencia ambiental se ha convertido en un negocio que beneficia tanto al planeta como a los ciudadanos. En Alemania, la iniciativa de pagar 0.25 euros por cada botella de plástico reciclada ha revolucionado la forma en que se aborda el consumo de envases desechables. Este sistema, conocido como “Pfand“, no sólo ha transformado las calles alemanas, sino que también ha inspirado medidas similares en otros países europeos.

Desde hace cuatro décadas, España vivió el fenómeno de devolver las botellas de vidrio a la tienda, generando descuentos en las nuevas compras. Aunque esta práctica desapareció con la llegada de las botellas de plástico y los contenedores de reciclaje, los alemanes han demostrado que el retorno a sistemas de depósito puede ser la clave para combatir la contaminación y fomentar el reciclaje.

El sistema de depósito alemán, implementado en 2003, no sólo ha hecho desaparecer las botellas vacías de las calles, sino que ha alcanzado una asombrosa tasa de retorno del 98.5%. Este éxito se atribuye a la combinación de un pequeño sobreprecio al comprar una botella, reembolsado al devolverla a las máquinas de reciclaje, que emiten vales canjeables por dinero en efectivo o para la compra de otros productos.

La medida inicialmente aplicada a botellas de plástico grueso y latas se expandió en 2022 para incluir todas las botellas, incluso las de plástico ligero. Este sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) ha demostrado ser una versión moderna y efectiva de las antiguas prácticas de devolución.

Más allá de Alemania, países como Austria, Suecia, Dinamarca, Finlandia y los Países Bajos han adoptado sistemas similares. En Roma, la recompensa por reciclar se traduce en descuentos en billetes de metro, mientras que en Argentina se mantiene un sistema de descuento en el precio de la bebida al devolver la botella vacía. En México también hay algunos descuentos y sistema de puntos por la cantidad de botellas de plásticos que regreses en los almacenajes.

El desafío radica en encontrar un equilibrio que no sólo beneficie al medio ambiente, sino que también sea viable económicamente. A pesar de los éxitos, Alemania ha enfrentado críticas por un diseño de incentivos que favorece las botellas de un sólo uso sobre las reutilizables. Empresas embotelladoras han obtenido beneficios significativos al no tener que devolver depósitos por contenedores no reciclados. Para abordar este problema, se está trabajando en nuevas regulaciones que fomenten la utilización de envases reutilizables.

Mientras algunos países luchan con la conciencia del reciclaje, Alemania ha demostrado que la combinación de incentivos económicos y prácticas sostenibles puede cambiar la narrativa. La pregunta que resuena es si otros países seguirán el ejemplo, reconociendo que reciclar no sólo es responsabilidad individual, sino también una oportunidad para contribuir al bienestar del planeta y, en el caso alemán, recibir una recompensa justa por cada botella reciclada.

El capitalismo en la sociedad que vivimos ha creado una forma de comportamiento en la mayoría de las personas en el consumo de las prendas, convirtiéndolas la mayor parte en un objeto desechable después de utilizar el atuendo un par de veces o cuando éste ya pasó de moda. 

¿Y a dónde va a para ésta ropa?

En el mejor de los caso, algunos la guardamos en el fondo de nuestros armarios y permanecen allí por muchos años, otros la regalamonos y en el peor de lo casos, la desechamos al detectar el más mínimo defecto el cual podría ser reparado fácilmente. Después de este triste proceso de rechazo, vamos a la tienda a reemplazarlos por otros nuevos. Esto revela que el 85% de los textiles van a tiraderos cada año.

Esto es muy perjudicial para la ecología ya que el proceso de fabricación es intensivo y altamente contaminante. Desde la mano de obra barata, hasta la explotación de recursos naturales como el uso de combustibles fósiles, la contaminación de nuestros océanos y ríos, etc. Esta es la terrible y verdad historia detrás de la moda rápida. Una de las industrias más contaminantes del planeta. 

La Buena Noticia y para responder a esta forma de vida del capitalismo, como solución, surgió el modelo de economía circular y el concepto de upcycling, una novedad que no sólo es emocionante sino también innovadora.

Les cuento que existen dos proyectos portugueses increíbles de upcycling, el nuevo movimiento que va más allá del reciclaje, es decir, lo lleva al siguiente nivel. Se trata de dar vida a elementos que ya no se usan y de manera creativa, le agregan más valor en comparación con el objeto original.

El primer proyecto se llama R-Coat. Anna y Yasmin, son dos seres humanos geniales que encontraron un nuevo uso para los paraguas rotos que se tiraban en la calle y los transformaron en una muy útil y elegante prenda de vestir: un impermeable.

La idea del proyecto surgió cuando Anna, una italiana adoptada por Portugal, haciendo su maestría en estudios ambientales y sustentabilidad, se dio cuenta de que cada vez que llovía, había muchos paraguas rotos en las calles portuguesas. Decidió llevarse los “residuos” a casa y cuando se dio cuenta de que podía transformarlos en algo completamente diferente de ahí nació la idea de R-COAT.

Luego, Anna conoció a Yasmin, cuyo ojo para la moda es único, y juntas convirtieron algo sin valor como paraguas rotos en artículos de moda con estilo, singularidad y funcionalidad. Por lo que además de las chaquetas impermeables, también producen accesorios únicos como sombreros y mochilas.

El principal objetivo de R-COAT es reducir los residuos y la emisión de gases de efecto invernadero, contribuir a una industria de la moda más sostenible e integrar la moda en la economía circular. Hasta el día de hoy, el equipo de R-Coat evitó que fueran a la basura y salvó 873 paraguas rotos.

El segundo proyecto se llama Kika Limbu. Kika, un alma amable con manos artesanas e hija de un surfista quien pasa gran parte de su tiempo en la playa y encontraba plásticos desechados y desechos de todo tipo. Su inconformidad la llevó a crear obras de arte singulares a partir del comportamiento irresponsable de otras personas.

Francisca, o Kika, es arquitecta y diseñadora y su proyecto Kika Limbu, de reciclaje está dedicado a transformar la “basura” recolectada de la limpieza de la playa en aretes, llaveros y móviles para niños hechos a mano.

Lo que comenzó como limpiar las playas de plásticos y todo tipo de basura debido a su insaciable búsqueda de un mundo más sustentable, resultó en este asombroso proyecto. No estaba satisfecha con simplemente recolectar la basura y reciclarla, tenía que reutilizarla. Esta búsqueda de sostenibilidad e innovación combinada con su creatividad y sus manos hábiles dió como resultado auténticas obras de arte con las que se puede usar o decorar, mientras se impacta positivamente al medio ambiente.

No cabe duda que juntos podemos transformar y hacer el cambio, al crear y apoyar empresas respetuosas con el medio ambiente. Juntos podemos cuidar nuestro medio ambiente y evitar el desperdicio. Como consumidores, debemos educarnos para un consumo más responable y consciente.

Les comparto los links des estos increíbles proyectos:

https://kikalimbu.com

La ciudad de Estambul, en Turquía, es una de las metrópolis más grandes del mundo, al contar con aproximadamente 14 millones de habitantes. Eso trae con consigo algunos problemas como el que viven cerca de 150,000 gatos y perros callejeros, que lucha diariamente por sobrevivir.

La Buena Noticias es que Pudgeon, una compañía turca, buscando ayudar a resolver este problema, ha colocado de manera ingeniosas máquinas expendedoras alrededor de la ciudad que libera agua y alimento para los animales a cambio de botellas de plástico. 

Instaladas por toda la ciudad, estas máquinas dan comida para los animalitos callejeros de la ciudad cuando sus ciudadanos a modo de pago con las botellas de plástico que ya no les sirven, las introducen y estas liberan en la parte inferior de la máquina el alimento.

Esto no tiene ningún costo para la ciudad, ni para la persona que lleva las botellas, ya que la empresa Pudgeon cubre los gastos de la comida para los perros y gatos con lo que saca de ellas. Es decir, el dinero obtenido de las botellas recicladas es reinvertido para mantener las máquinas y abastecerlas.

Las máquinas no sólo fomentan el reciclaje sino que también mantienen las calles limpias y crean conciencia sobre el problema de los animales callejeros con la esperanza de que se obtenga una solución a largo plazo. La máquina expendedora ayuda a que estos animales tengan una vida mejor y al promover el reciclaje en la ciudad que los humanos también la tengan. ¡Ojalá esta idea se replique en la CDMX!

El impacto medioambiental del plástico es muy agresivo por su lenta degradabilidad y por la composición química que representa. La contaminación de los plásticos se ha convertido en uno de los retos medioambientales más urgentes en nuestro tiempo. Su producción e incineración contribuye en gran medida al cambio climático.

Su aparición en la década de los 50 como el material que solucionaría nuestras vidas actualmente nos está destruyendo. Su permanencia como un protagonista de todo lo que hacemos estima al año más de 100 millones de toneladas de producción de dicho material para su fabricación. Con lo que la contaminación de los plásticos en el medioambiente lejos de desaparecer, cada vez es mayor.

De esas 100 millones de toneladas, al final del día 13 millones de toneladas acaban en los océanos entre flora y fauna. ¿Una locura, no?

Y aunque muchas empresas ya están haciendo conciencia para evitarlo o reciclarlo, el problema es incalculable debido a que:

  • Una bolsa de plástico tarda en degradarse 150 años.
  • Una botella de plástico tarda en degradarse más de 1.000 años.

Y aunque pensamos que es responsabilidad de gobiernos y terceros, el cambio comienza en uno, evitando el consumo de este material tan agresivo y hacer algunas de las siguientes acciones como: Participar en las tareas de limpieza en océanos y costas; Mejorar la gestión del reciclaje; Adoptar un estilo de vida más saludable; Reducir nuestro propio uso del plástico haciendo uso de reutilizables.

Pero aquí hay buenas noticias y nuevas esperanzas para el mundo. Un equipo de investigadores australianos hallaron un hongo que sería capaz de descomponer plástico en tiempo récord, 140 días. Con esos pocos días se estaría dando una nueva esperanza a la crisis del reciclaje.

De acuerdo con la profesora Dee Carter, experta en micología de la Facultad de Ciencias de la Vida y Medio Ambiente y coautora del estudio, afirma que “los hongos son increíblemente versátiles y se sabe que son capaces de descomponer prácticamente todos los sustratos. Este superpoder se debe a su producción de potentes enzimas, que excretan y utilizan para descomponer los sustratos en moléculas más sencillas que las células fúngicas pueden absorber”.

Científicos australianos de la Universidad de Sidney afirman haber encontrado una manera de usar un hongo para descomponer plástico, incluso aquellos más difíciles de degradar. Esto le otorga un gran potencial para mejorar la baja tasa de reciclaje de algunos plásticos, ya que con él se lograría descomponer plástico en 140 días.

A través de experimentos notaron que podían usar dos tipos de hongo que se encuentran comúnmente en las plantas y el suelo, Aspergillus terreus y Engyodontium album, para descomponer el plástico resistente. Fue la «tasa de degradación más alta reportada» en todo el mundo, dijeron científicos de la Universidad de Sydney.

Los científicos están probando el proceso de degradación con los hongos para ver cómo pueden hacerlo más eficiente y listo para su uso a escala comercial. El proceso de investigación podría llevar de tres a cinco años, y sería necesario abordar una letanía de problemas de comportamiento y comerciales.

Dichos hongos que suelen encontrarse en el suelo y las plantas, fueron capaces de descomponer el polipropileno tras someterlo a un tratamiento previo con luz ultravioleta o calor, reduciendo el plástico en un 21% en 30 días de incubación y en un 25-27% en 90 días.

El pasado fin de semana, en el zócalo capitalino, se creó con más de un millón 189 mil latas de aluminio y material reciclado, la flor de Lis más grande de todo el mundo, la cual midió más de 90 metros de diámetro.

Los creadores de esta obra callejera han sido la Asociación de Scouts de México y su objetivo es poder vender todo el material reutilizado, cuyo costo podría superar el medio millón de pesos mexicanos. El dinero que logré ser recaudado, será repartido entre dos iniciativas sociales.

La primera es para apoyar a los damnificados del terremoto que se vivió hace más de 4 semanas en Siria y Turquía. La segunda para brindar apoyo a las casas que atienden a niños y niñas, que viven gracias a los apoyos brindados por el Desarrollo Integral de la Familia (DIF)

La meta de esta flor gigantesca que es a su vez, la insignia principal del escultismo Scout, ha sido generar conciencia sobre la importancia del reciclaje y del mismo mostrarle al mundo que ayudar es el verbo, en un planeta donde todos estamos conectados.

Luego de haber sido los anfitriones del Mundial de futbol el pasado 2018, los rusos decidieron que tenían que hacer algo con todos los vasos que fueron utilizados en los estadios, que superó la cifra de 50,000 unidades.

Fue así que surgió la idea de crear una cancha de futbol, en primer lugar para reutilizar toda esa basura y en segundo para recordar por siempre, aquella vez que vivieron un evento deportivo internacional.

Con la recolección, se construyó una cancha de futbol hecha a base de plástico reciclado, promoviendo la sustentabilidad y la protección al medio ambiente.

Más de 2.5 toneladas de plástico fueron procesadas y convertidas en tiras delgadas para utilizarse posteriormente como una especie de pasto artificial en un campo de 65 x 42 metros ubicado en Sochi, Rusia.

Además de ayudar a reducir el impacto medio ambiental, este programa busca ser un factor de cambio, esperando que otros sigan sus pasos.