
Islandia ha encendido una esperanza tecnológica en la lucha contra el cambio climático. Se trata de Mammoth, la aspiradora de dióxido de carbono (CO2) más grande del mundo, diseñada para absorber miles de toneladas de carbono directamente del aire y transformarlas en piedra. Esta gigantesca innovación, creada por la empresa suiza Climeworks, es un paso audaz hacia un futuro más limpio y sostenible.
Mammoth utiliza una tecnología conocida como captura directa de aire (DAC, por sus siglas en inglés). Imagina un sistema que literalmente aspira aire, lo filtra mediante procesos químicos para eliminar el carbono, y luego lo transporta bajo tierra. Allí, el CO2 queda atrapado permanentemente al solidificarse en roca. Todo esto ocurre gracias a la energía geotérmica de Islandia, completamente limpia y renovable.
Con su capacidad total, Mammoth podrá capturar 36,000 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a retirar 7,800 automóviles de circulación. Su diseño modular permite expandirla fácilmente, y actualmente ya opera con 12 contenedores recolectores, aunque se espera que sean muchos más en los próximos meses.
Este proyecto no está exento de desafíos. Aunque Mammoth es un logro impresionante, apenas representa una pequeña fracción de lo que el mundo necesita para combatir el cambio climático. Según la Agencia Internacional de Energía, se deberían eliminar 70 millones de toneladas de carbono al año para 2030, y los equipos actuales solo eliminan 0.01 millones de toneladas.
Además, el costo por tonelada de carbono aún es elevado, rondando los $1,000. Climeworks espera reducirlo a $300 para 2030 y a $100 para 2050, haciendo la tecnología más accesible.
“Mammoth es solo el principio”, afirma Jan Wurzbacher, codirector de Climeworks. La compañía planea eliminar 1 millón de toneladas de carbono al año para 2030 y expandirse a 1,000 millones para 2050. Sin embargo, este tipo de soluciones no reemplaza la urgencia de reducir el uso de combustibles fósiles, un recordatorio de que el cambio climático requiere esfuerzos conjuntos en múltiples frentes.
¿Será Mammoth el primer gran paso hacia un aire más limpio?