En una época donde la magia de dar nunca se pierde, los estudiantes de la Universidad de Sonora (Unison) decidieron llevar alegría a comunidades vulnerables y, al mismo tiempo, salvar al planeta

¿Cómo lo hicieron?

Con el Juguetón Sustentable, una iniciativa que demuestra que reciclar también puede regalar sonrisas

Este año, alrededor de cuatro mil juguetes reciclados están cambiando vidas. Estos juguetes, que muchos considerarían basura, fueron rescatados y reacondicionados por los estudiantes de la Facultad Interdisciplinaria de IngenieríaJavier Esquer Peralta, coordinador del proyecto, lo explica mejor: “Prolongamos la vida de los juguetes y reducimos la cantidad de residuos. Pero, sobre todo, llevamos esperanza y felicidad a quienes más lo necesitan”.

Imagina juguetes que, en lugar de terminar en un basurero, llegan a las manos de niños y niñas en situación vulnerable. Los pequeños de zonas como Bahía de Kino, Mesa Tres Ríos y comunidades indígenas recibirán estos regalos justo a tiempo para Navidad“Cada juguete entregado es una oportunidad para recordar que lo que desechamos aún puede tener valor”, dice Francisca Monge Amaya, académica que participa en el proyecto.

Este no es solo un acto de bondad. También es un ejercicio de conciencia. Los estudiantes no solo aprendieron sobre sustentabilidad, sino que vivieron en carne propia cómo pequeñas acciones pueden transformar realidades“El reciclaje no solo cuida el planeta, también cuida a nuestra gente”, señalan los participantes.

Además, detrás de esta iniciativa hay más de 30 grupos de estudiantes y el apoyo de ocho académicos que, como verdaderos héroes anónimos, hicieron posible esta labor titánica. Gracias a ellos, asociaciones como Pintando Sonrisas y Casas de Refugio verán a más niños felices esta Navidad. 

Así que, la próxima vez que pienses en tirar un juguete viejo¡piénsalo dos veces! Reciclar no solo ayuda al medio ambiente, también puede ser una puerta a la felicidad de alguien más. Porque regalar una sonrisa es, quizás, ¡el mejor regalo de todos!

En un esfuerzo innovador y ambientalmente consciente, Hong Kong está utilizando las conchas desechadas de ostras provenientes de restaurantes y hoteles para restaurar sus dañados arrecifes de ostras. Esta iniciativa no solo apunta a la regeneración de los arrecifes, sino que también subraya la importancia de las ostras en la limpieza de las aguas y la sustentabilidad del ecosistema marino.

La Magallana hongkongensis, conocida comúnmente como la ostra de Hong Kong, posee una capacidad única para filtrar impurezas del agua. Cada ostra puede limpiar hasta 200 litros de agua al día, una hazaña impresionante que destaca su importancia ecológica. Durante décadas, los arrecifes de ostras han sufrido degradación debido a la contaminación y la explotación excesiva. Sin embargo, un esfuerzo conjunto de restaurantes, servicios municipales y organizaciones conservacionistas está cambiando esta realidad.

El proceso de restauración comienza en los restaurantes y hoteles de Hong Kong, donde se recogen las conchas desechadas de ostras. The Nature Conservancy, una de las ONG conservacionistas más grandes de Estados Unidos, lidera este esfuerzo en la ciudad. Cada jueves, sus vehículos recorren la ciudad recolectando sacos de conchas usadas, que son llevadas a un vertedero especial para secar al sol, eliminando cualquier residuo de carne y bacterias.

Después de un año de secado, las conchas son transportadas a las aguas donde se identificaron arrecifes con potencial de regeneración. Este proceso asegura que las conchas estén libres de contaminantes y listas para contribuir a la reconstrucción de los arrecifes.

Desde el inicio del proyecto en 2020, se han recolectado y reciclado aproximadamente 80 toneladas de conchas, provenientes de 12 hoteles, supermercados y diversos restaurantes más pequeños. Las conchas recicladas no solo aumentan la masa de material en los arrecifes, permitiendo que las larvas de ostras se adhieran y crezcan, sino que también proporcionan hábitat para esponjas marinas y otras formas de vida marina esenciales.

Estos organismos marinos no solo encuentran refugio en las conchas, sino que también establecen relaciones de codependencia con otras criaturas marinas, apoyando a niveles superiores de la red alimentaria marina. El aumento de la biodiversidad en estos arrecifes es un indicador positivo de la salud del ecosistema marino.

La Universidad de la Ciudad de Hong Kong y el Instituto Swire de Ciencias Marinas están llevando a cabo estudios para cuantificar el impacto de estos esfuerzos de restauración. Trabajando en conjunto con The Nature Conservancy y productores locales de ostras, estas instituciones buscan determinar hasta qué punto es posible restablecer las poblaciones de ostras mediante el reciclaje de conchas.

Los primeros resultados son prometedores, mostrando una regeneración gradual de los arrecifes y una mejora en la calidad del agua. Sin embargo, la restauración completa es un proceso a largo plazo que requiere un esfuerzo continuo y colaborativo.

El proyecto de reciclaje de conchas de ostras en Hong Kong es un ejemplo brillante de cómo la cooperación entre diferentes sectores puede generar un impacto positivo en el medio ambiente; dicha iniciativa no solo mejora la salud de los arrecifes de ostras, sino que también promueve la sustentabilidad y la conciencia ecológica en la comunidad.

La industria musical ha dado un paso significativo hacia la sostenibilidad gracias a Coldplay, la primera banda en publicar un reporte de sustentabilidad detallando el impacto ambiental de su gira mundial “Music Of The Spheres” (MOTS). Este informe marca un hito en la integración de prácticas ecoamigables en el ámbito de los conciertos, subrayando el compromiso del grupo británico con el medioambiente y las comunidades locales.

La conciencia ambiental de Coldplay se hizo pública en 2019, cuando Chris Martin, el carismático vocalista de la banda, anunció que suspenderían sus giras hasta encontrar una manera de hacerlas más sostenibles. Esta pausa, que coincidió con los años de pandemia, permitió a la banda reevaluar y reinventar la forma en que llevaban su música al mundo, culminando en el lanzamiento de la gira MOTS en 2021.

La estrategia de Coldplay se basa en tres principios fundamentales:

Reducción del CO2 en un 50%: La banda ha implementado medidas exhaustivas para minimizar las emisiones de dióxido de carbono, logrando una reducción del 47% en comparación con su gira anterior de 2016-2017. Esto se ha conseguido mediante el reciclaje y la identificación de las principales fuentes de emisiones, buscando constantemente formas de mitigarlas.

Innovación Tecnológica y Turismo Sostenible: Coldplay ha adoptado tecnologías ecológicas innovadoras para hacer sus conciertos más sostenibles. Desde la organización logística de la gira hasta el transporte de sus fans, la banda ha trabajado en desarrollar métodos de turismo con bajo impacto en carbono.

Restauración Ambiental: A través de la financiación de proyectos basados en la naturaleza y la tecnología, Coldplay ha contribuido a la restauración del planeta. Entre las iniciativas destacadas se encuentra la plantación de 5 millones de árboles, monitoreados por One Tree Planted, y la instalación de un interceptor de ríos con energía solar en el río Klang, Malasia, en colaboración con The Ocean Cleanup.

El reporte de sustentabilidad de Coldplay, validado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), revela logros impresionantes. Además de la significativa reducción de CO2, la banda eliminó 158 toneladas de desechos, incluyendo 13 toneladas de plástico que potencialmente habrían contaminado los océanos. En sus conciertos, generaron energía sostenible mediante instalaciones solares, pistas de baile cinéticas y bicicletas eléctricas que convertían el movimiento en electricidad.

Coldplay también ha demostrado un fuerte compromiso social. Durante la gira, donaron 770 kg de comida y 73 kg de artículos de catering a personas sin hogar, reflejando su enfoque holístico hacia la sostenibilidad.

La experiencia inmersiva de Coldplay no solo ha sido ambientalmente consciente, sino también innovadora y participativa. En los conciertos, los fans usaron pulseras Xylobands hechas de materiales 100% compostables que se iluminaban al ritmo de la música. En Chile, el 86% de estas pulseras fueron devueltas para su compostaje, mientras que en Argentina, el 94% de los asistentes hicieron lo mismo, mostrando un alto nivel de compromiso de los fans con la iniciativa de la banda.

El reporte de Coldplay no solo destaca los logros de la banda, sino que también establece un nuevo estándar para la industria musical. Su enfoque innovador y sus logros significativos sirven como inspiración para otros artistas y promotores de eventos en todo el mundo.

“Queremos que nuestros conciertos sean beneficiosos para el planeta. Este es solo el comienzo y estamos comprometidos a mejorar continuamente” agregó Chris Martin. Coldplay ha demostrado que es posible combinar entretenimiento y sostenibilidad, marcando el camino hacia un futuro más verde en la música en vivo.

El parlamento francés se pone la camiseta por la sustentabilidad y apuesta por aprobrar la ley que decreta que parte de los techos de los nuevos edificios estén cubiertos por paneles solares o por plantas. 

Esto es una muy Buena Noticia ya que ayudaría a Francia a ponerse al día en el desarrollo de la energía solar y sería una forma de contrarrestar los efectos negativos de las olas de calor.

“Esta propuesta es un positivo paso hacia adelante y una mejora concreta hacia ciudades más verdes e inteligentes. Hay tantos techos sin uso en nuestras ciudades y los paneles solares son la mejor solución para aprovecharlos e integrarlos al panorama urbano”, señaló James Watson, CEO de la Asociación de la Industria Fotovoltaica Europea.

Los tejados en los edificios con plantas y arbustos, ayudarán a absorber el agua de lluvia y reducirán el escurrimiento del agua de lluvia por la red de drenaje hasta alcanzar la red fluvial y se proporcionaran espacios verdes en zonas urbanas que pueden jugar un papel importante en la reducción del efecto urbano de “isla de calor”. Este fenómeno ocurre cuando las áreas urbanas se construyen, destruyendo la vegetación local y reteniendo más calor, con un aumento de temperatura de entre 1.8 ° C – 5.4 ° C que en sus alrededores por el día, lo mismo sucede durante la noche.

Los techos verdes tienen un efecto aislante que ayuda a reducir la cantidad de energía necesaria para calentar el edificio en invierno y enfriarlo en verano. Además al retener el agua de lluvia, reducen los problemas de escorrentía y favorecen a la biodiversidad y aves que necesitan anidar en la llamada “jungla urbana”.

Por su parte, Alemania ha hecho grandes progresos en el desarrollo de su capacidad solar; Francia tenía sólo cinco gigavatios de energía fotovoltaica instalados en el verano pasado, lo que representa el 1% de toda la producción de energía del país.

El capitalismo en la sociedad que vivimos ha creado una forma de comportamiento en la mayoría de las personas en el consumo de las prendas, convirtiéndolas la mayor parte en un objeto desechable después de utilizar el atuendo un par de veces o cuando éste ya pasó de moda. 

¿Y a dónde va a para ésta ropa?

En el mejor de los caso, algunos la guardamos en el fondo de nuestros armarios y permanecen allí por muchos años, otros la regalamonos y en el peor de lo casos, la desechamos al detectar el más mínimo defecto el cual podría ser reparado fácilmente. Después de este triste proceso de rechazo, vamos a la tienda a reemplazarlos por otros nuevos. Esto revela que el 85% de los textiles van a tiraderos cada año.

Esto es muy perjudicial para la ecología ya que el proceso de fabricación es intensivo y altamente contaminante. Desde la mano de obra barata, hasta la explotación de recursos naturales como el uso de combustibles fósiles, la contaminación de nuestros océanos y ríos, etc. Esta es la terrible y verdad historia detrás de la moda rápida. Una de las industrias más contaminantes del planeta. 

La Buena Noticia y para responder a esta forma de vida del capitalismo, como solución, surgió el modelo de economía circular y el concepto de upcycling, una novedad que no sólo es emocionante sino también innovadora.

Les cuento que existen dos proyectos portugueses increíbles de upcycling, el nuevo movimiento que va más allá del reciclaje, es decir, lo lleva al siguiente nivel. Se trata de dar vida a elementos que ya no se usan y de manera creativa, le agregan más valor en comparación con el objeto original.

El primer proyecto se llama R-Coat. Anna y Yasmin, son dos seres humanos geniales que encontraron un nuevo uso para los paraguas rotos que se tiraban en la calle y los transformaron en una muy útil y elegante prenda de vestir: un impermeable.

La idea del proyecto surgió cuando Anna, una italiana adoptada por Portugal, haciendo su maestría en estudios ambientales y sustentabilidad, se dio cuenta de que cada vez que llovía, había muchos paraguas rotos en las calles portuguesas. Decidió llevarse los “residuos” a casa y cuando se dio cuenta de que podía transformarlos en algo completamente diferente de ahí nació la idea de R-COAT.

Luego, Anna conoció a Yasmin, cuyo ojo para la moda es único, y juntas convirtieron algo sin valor como paraguas rotos en artículos de moda con estilo, singularidad y funcionalidad. Por lo que además de las chaquetas impermeables, también producen accesorios únicos como sombreros y mochilas.

El principal objetivo de R-COAT es reducir los residuos y la emisión de gases de efecto invernadero, contribuir a una industria de la moda más sostenible e integrar la moda en la economía circular. Hasta el día de hoy, el equipo de R-Coat evitó que fueran a la basura y salvó 873 paraguas rotos.

El segundo proyecto se llama Kika Limbu. Kika, un alma amable con manos artesanas e hija de un surfista quien pasa gran parte de su tiempo en la playa y encontraba plásticos desechados y desechos de todo tipo. Su inconformidad la llevó a crear obras de arte singulares a partir del comportamiento irresponsable de otras personas.

Francisca, o Kika, es arquitecta y diseñadora y su proyecto Kika Limbu, de reciclaje está dedicado a transformar la “basura” recolectada de la limpieza de la playa en aretes, llaveros y móviles para niños hechos a mano.

Lo que comenzó como limpiar las playas de plásticos y todo tipo de basura debido a su insaciable búsqueda de un mundo más sustentable, resultó en este asombroso proyecto. No estaba satisfecha con simplemente recolectar la basura y reciclarla, tenía que reutilizarla. Esta búsqueda de sostenibilidad e innovación combinada con su creatividad y sus manos hábiles dió como resultado auténticas obras de arte con las que se puede usar o decorar, mientras se impacta positivamente al medio ambiente.

No cabe duda que juntos podemos transformar y hacer el cambio, al crear y apoyar empresas respetuosas con el medio ambiente. Juntos podemos cuidar nuestro medio ambiente y evitar el desperdicio. Como consumidores, debemos educarnos para un consumo más responable y consciente.

Les comparto los links des estos increíbles proyectos:

https://kikalimbu.com

Luego de haber sido los anfitriones del Mundial de futbol el pasado 2018, los rusos decidieron que tenían que hacer algo con todos los vasos que fueron utilizados en los estadios, que superó la cifra de 50,000 unidades.

Fue así que surgió la idea de crear una cancha de futbol, en primer lugar para reutilizar toda esa basura y en segundo para recordar por siempre, aquella vez que vivieron un evento deportivo internacional.

Con la recolección, se construyó una cancha de futbol hecha a base de plástico reciclado, promoviendo la sustentabilidad y la protección al medio ambiente.

Más de 2.5 toneladas de plástico fueron procesadas y convertidas en tiras delgadas para utilizarse posteriormente como una especie de pasto artificial en un campo de 65 x 42 metros ubicado en Sochi, Rusia.

Además de ayudar a reducir el impacto medio ambiental, este programa busca ser un factor de cambio, esperando que otros sigan sus pasos.