Desde el 15 de diciembre, Nueva York ha cambiado las reglas del juego: si quieres una mascota, la adopción responsable es el camino. La venta de perros, gatos y conejos en tiendas está oficialmente prohibida. ¡Y ojo! Cada tienda que rompa esta regla enfrentará una multa de 1000 dólares por cada infracción.

Esta medida busca poner fin a los “puppy mills” o fábricas de cachorros, lugares donde los animales son tratados como si fueran productos de una línea de ensamblaje“La venta en tiendas alimenta un sistema cruel que debe ser desmantelado”, afirma Michael Gianaris, promotor de la ley. La legislación busca garantizar que ningún animal sufra por negocios que solo piensan en dinero.

Obviamente, no todos están felices. Algunos dueños de tiendas creen que esta medida podría afectar sus negocios y limitar el acceso a mascotas reguladas. Sin embargo, los defensores de los derechos animales aseguran que esta es la mejor manera de ayudar a miles de mascotas que esperan una familia en refugios.

“Cada animal vendido en una tienda representa una adopción menos para uno en un refugio”, dice un portavoz de la ASPCA. Y es que, sí, en Nueva York hay muchísimos peludos esperando por un hogar. Al adoptar, no solo estás ganando un amigo fiel, sino que estás salvando una vida.

Algunas tiendas ya se están adaptando y buscan colaborar con refugios locales para ofrecer adopciones dentro de sus establecimientos. ¡Es una excelente oportunidad para cambiar las cosas y marcar la diferencia!

Nueva York se suma a estados como California Maine en esta lucha por un trato justo a los animales. ¿Estás listo para ser parte del cambio? Si estás pensando en una mascota, ¡visita un refugio y dale una segunda oportunidad a un animal que realmente lo necesita!

Porque adoptar no solo es una decisión responsable, es un acto de amor

¡No compres, adopta y cambia una vida hoy!

Tecnología al servicio de La Vida

En un hito médico sin precedentes, un cirujano logró extirpar un tumor pulmonar desde otro continente. Desde Roma, Italia, el doctor Zhang Xu dirigió una cirugía remota en un hospital en Beijing, China, utilizando un robot quirúrgico avanzado conectado por tecnología 5G y fibra óptica.

La operación marcó la primera vez que médico y paciente se encontraban en continentes diferentes durante una intervención quirúrgica. “Fue como si estuviera en la misma sala que el paciente”, comentó Zhang Xu, quien dirigió la cirugía a través de una consola que replicaba sus movimientos en tiempo real.

Con una latencia mínima de 135 milisegundos, el robot respondió al instante a los comandos del cirujano. La precisión fue tal que permitió la extracción completa del tejido canceroso del paciente, quien fue monitoreado en todo momento por un equipo médico en Beijing. “La comunicación sin interrupciones fue clave para el éxito de esta cirugía”, explicó Zhang.

Transmitida en vivo durante una conferencia en Roma, titulada Desafíos en Laparoscopia, Robótica e IA, la intervención demostró el potencial de la cirugía remota para superar barreras geográficas. Especialmente útil en zonas de difícil acceso o en situaciones de emergencia, esta tecnología podría revolucionar la atención médica a nivel mundial.

Zhang Xu y su equipo planean utilizar esta técnica en escenarios militares y otras situaciones críticas, abriendo la puerta a un futuro donde la distancia ya no sea un obstáculo para salvar vidas.

Con avances como este, queda claro que la medicina está entrando en una nueva era donde la tecnología y la humanidad se fusionan para transformar la manera en que cuidamos de nuestra salud.

Cada 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, un recordatorio crucial sobre la importancia de la detección temprana. La Organización Mundial de la Salud señala que una de cada 12 mujeres en el mundo es diagnosticada con esta enfermedad, lo que subraya la necesidad de concientización. Aquí algunas celebridades que enfrentaron este desafío con valentía y lograron salir victoriosas, convirtiéndose en inspiración para millones.

Daniela Romo: Un cambio radical para una nueva vida

En 2011, la reconocida cantante y actriz Daniela Romo recibió un diagnóstico que le cambió la vida para siempre. Al ser detectado a tiempo, Romo pudo someterse a un tratamiento que incluyó quimioterapias, lo que le provocó la pérdida de su icónica cabellera. A pesar de este duro proceso, Daniela hoy está libre de cáncer y ha aprovechado su experiencia para ayudar a otras mujeres a través de campañas de concientización. “El cáncer me transformó, pero ahora soy más fuerte“, ha declarado en múltiples entrevistas.

Alicia Machado: Una ex Miss Universo que no se rinde

La venezolana Alicia Machado, ex Miss Universo, fue diagnosticada con cáncer de mama en 2013. En una entrevista para CNN, compartió cómo la enfermedad cambió su vida: “En julio me detectaron unos problemas en los senos. Me retrasé en el tratamiento por trabajo, y eso me hizo muy mal”. Sin embargo, Machado superó la enfermedad y ahora utiliza su plataforma para alentar a las mujeres a realizarse chequeos constantes y no postergar su salud.

Alejandra Guzmán: Rockeando contra el cáncer

La cantante mexicana Alejandra Guzmán enfrentó su diagnóstico en 2007, cuando le extirparon un tumor cancerígeno en uno de sus senos. Dos días después de recibir la noticia, fue sometida a cirugía. Guzmán ha hablado abiertamente sobre su experiencia, recordándonos que la vida cambia en un instante, pero que es posible seguir adelante con fuerza.

Bárbara Mori: Un giro inesperado a los 29 años

La actriz Bárbara Mori reveló en una entrevista para el programa Hoy que a los 29 años enfrentó uno de los momentos más difíciles de su vida: el cáncer de mama. “Pensé en la muerte, me enojé con la vida. No entendía por qué me estaba pasando si era una buena persona”, confesó. Hoy, Mori ha logrado sanar y continúa su carrera como actriz, inspirando a muchas personas con su historia.

Patricia Reyes Espíndola: Del dolor a la escritura

Patricia Reyes Espíndola, una de las grandes actrices mexicanas, compartió su diagnóstico en 2012. Tras someterse a un tratamiento y vencer la enfermedad, en 2015 publicó su libro La vuelta da muchas vidas, donde relató su batalla contra el cáncer de mama. En su obra, invita a quienes atraviesan por lo mismo a no rendirse y a creer en la posibilidad de una segunda oportunidad.

Angélica María: Un testimonio de amor por su hija

La legendaria actriz Angélica María fue diagnosticada en 1997, poco después del fallecimiento de su madre por la misma enfermedad. En ese momento, su mayor motivación fue su hija, Angélica Vale. “Pensé en mi hija, en que no podía dejarla sola. Acababa de perder a mi madre, yo no me podía ir”, comentó la actriz en una entrevista.

Estas historias no solo destacan la fortaleza de estas mujeres, sino que también nos recuerdan la importancia de la prevención y el apoyo mutuo. La detección temprana puede marcar la diferencia y cada una de estas famosas es un ejemplo viviente de ello.

Con 82 años y la elegancia de una joven bailarina, Suzelle Poole sigue inspirando al mundo con su amor por el ballet. Esta mujer, nacida en Londres en plena Segunda Guerra Mundial, ha demostrado que la danza no tiene edad. “El ballet y la música son mi vida”, declara con una convicción que ha cautivado a todos los que la conocen.

A los 7 años, Suzelle descubrió el ballet, un refugio que la ayudó a escapar de los horrores de la guerra. Años después, mientras la mayoría de las personas de su edad se retiran, ella sigue bailando. “La vida es muy corta para no hacer lo que te gusta. Hagan lo que aman, ya”, dijo Suzelle en una entrevista reciente, palabras que resuenan especialmente con las generaciones jóvenes.

Suzelle no solo baila, también enseña ballet con una pasión inquebrantable. Fue parte del prestigioso Houston Ballet, donde alcanzó el rango de bailarina solista. Hoy, sigue dando clases en su propia academia, The Poole Ballet, y no deja de sorprender a todos con su energía. “Es asombroso cómo mantiene su técnica impecable. Nos muestra cada paso, como si tuviera 20 años”, comenta una de sus alumnas.

Además de enseñar a niños y jóvenes, Suzelle lleva su arte a residencias para mayores, convencida de que la música y el movimiento tienen propiedades sanadoras. “Mantenerse activo es esencial”, afirma mientras demuestra que el ballet no solo es una disciplina física, sino también mental.

En 2017, la BBC la incluyó en su serie Amazing Humans (Humanos Asombrosos), y en 2019, fue invitada a un TedxTalk donde no solo habló, sino que deslumbró al público bailando sobre el escenario. Suzelle no conoce límites; a pesar de retirarse formalmente de los escenarios, sigue viviendo para la danza.

“Comienza ahora”, es su consejo para todos aquellos que dudan en seguir sus pasiones. Suzelle Poole es el ejemplo vivo de que la edad es solo un número, y que cuando amas lo que haces, el tiempo se convierte en un aliado. 

Imagina poder salvar a un perro abandonado y, de paso, ahorrarte 200 euros al año en tus impuestos. Esto es lo que está ofreciendo la ciudad de Misterbianco, en Sicilia, Italia, como parte de una innovadora medida que busca mejorar tanto la vida de los animales como la de los habitantes.

El alcalde de Misterbianco, Marco Corsaro, ha lanzado el “Bono por vaciado de perreras”, una iniciativa destinada a fomentar la adopción de perros abandonados que se encuentran en refugios o recintos municipales. “Queremos ayudar a nuestros amigos de cuatro patas y, al mismo tiempo, recompensar a las familias que adoptan con un merecido recorte de impuestos locales”, declaró Corsaro a medios locales.

Cada año, alrededor de 50,000 perros son abandonados en Italia, según organizaciones animalistas. El objetivo de esta medida no solo es encontrarles un hogar, sino también reducir los gastos en los refugios, que a menudo se ven saturados. “Es una forma de combinar innovación y sentido común”, añadió el alcalde.

El bono se aplica directamente al TARI, el impuesto que cubre la recogida de basuras y otros residuos, y ofrece a los ciudadanos un ahorro significativo. En Misterbianco, con una población de aproximadamente 50,000 personas, esta iniciativa está siendo bien recibida, ya que no solo beneficia a los perros, sino también a las finanzas familiares.

Esta propuesta busca hacer más fácil para las familias el tomar la decisión de adoptar. “Al final, no se trata solo de un ahorro económico, sino de cambiar la vida de un ser vivo”, comenta una vecina de Misterbianco que ya ha aprovechado el bono. “Es una ayuda para la comunidad y, lo más importante, para los animales.”

Con medidas como esta, Misterbianco está demostrando que pequeñas decisiones locales pueden tener un gran impacto, tanto en la calidad de vida de los animales abandonados como en el bolsillo de sus nuevos dueños.

La conmovedora historia de Bunny, una perra que logró superar la adversidad y encontrar una nueva oportunidad de vida, es un recordatorio del poder de la solidaridad y el impacto positivo que las empresas pueden tener en la sociedad. Este relato no solo muestra el increíble rescate de un ser indefenso, sino también cómo la colaboración entre organizaciones y empresas puede transformar vidas.

Bunny, una perrita atropellada en México, fue abandonada por su presunta familia y dejada a su suerte en la calle con las patas destrozadas, siendo atacada por otros perros. La situación era desesperante hasta que voluntarios de The Animal Pad, una protectora de animales en Estados Unidos, fueron informados de su situación. Al llegar, se dieron cuenta de que salvar sus patas traseras era imposible, por lo que debieron ser amputadas. Bunny también tuvo complicaciones veterinarias posteriores a su esterilización, pero logró salir adelante gracias al incondicional apoyo de Henry Friedman, hermano de The Dogist y humano de Finn, un conocido viajero solidario y rescatista animal.

Friedman, movido por la pasión y el amor hacia los animales, movilizó a sus seguidores para recaudar 30,000 dólares destinados a la recuperación de Bunny. Sin embargo, lo que realmente cambiaría su vida era una silla de ruedas que le permitiera volver a correr y disfrutar como solo los perros saben hacerlo. Aquí es donde entraron en juego Eddie’s Wheels, especialistas en armazones de sillas para animales, y Mercedes Benz, uno de los patrocinadores de Friedman.

La colaboración entre estas entidades permitió crear una silla de ruedas personalizada y de lujo para Bunny, dándole no solo movilidad, sino también una segunda oportunidad de ser feliz. En un video difundido por The Animal Pad, se puede ver a Bunny adaptándose rápidamente a su nueva silla, disfrutando de su nueva movilidad en cuestión de minutos. Esta imagen no solo es un testimonio de la resiliencia de los animales, sino también del impacto que puede tener la intervención humana cuando está motivada por la compasión y la solidaridad.

Las empresas tienen la enorme capacidad de apoyar causas sociales y con ello generar un impacto positivo en la vida de otros. La historia de Bunny nos recuerda que, más allá de las ganancias económicas, lo que realmente importa es cómo utilizamos nuestros recursos para mejorar el mundo.

Cada día, la vida de Bunny mejora y ella lo disfruta plenamente, dejando atrás el calvario que vivió. Esta historia nos enseña que los esfuerzos colectivos y la bondad pueden cambiar vidas, y que detrás de cada historia de éxito, hay personas y organizaciones dispuestas a hacer la diferencia. Pronto, Bunny encontrará una familia que la ame y podrá vivir la vida a tope, demostrando que, incluso en las circunstancias más oscuras, siempre hay esperanza.

La innovación en tecnología protésica ha alcanzado un hito sin precedentes: se ha desarrollado la primera prótesis de mano capaz de transmitir la sensación de temperatura y calor humano a su usuario. Este dispositivo, conocido como MiniTouch, promete transformar la vida de las personas amputadas al mejorar significativamente sus interacciones sociales y su sensación de conexión humana. 

El dispositivo transmite información térmica desde la yema del dedo de la mano protésica hasta el brazo residual del usuario, permitiéndoles sentir variaciones de temperatura con una precisión asombrosa.

El dispositivo ha sido probado con éxito en un hombre italiano de 57 años, Fabrizio, quien perdió su mano hace más de tres décadas. Gracias a MiniTouch, Fabrizio ha podido diferenciar entre objetos fríos y calientes con una precisión del 100%, logrando una conexión emocional intensa al volver a sentir el calor humano después de tanto tiempo. “Fue una emoción muy fuerte para mí. Fue como reactivar una conexión con alguien,” expresó Fabrizio conmovido, resaltando el impacto emocional de esta tecnología revolucionaria.

Durante las pruebas clínicas realizadas en el Centro de Prótesis Inail en Bolonia, Italia, Fabrizio fue capaz de identificar y clasificar manualmente objetos de diferentes temperaturas o materiales. “Por primera vez, estamos muy cerca de restaurar toda la paleta de sensaciones a las personas amputadas,” afirmó el profesor Silvestro Micera, coautor principal del estudio. “Y se puede integrar fácilmente en prótesis comerciales,” añadió, subrayando la viabilidad práctica y la accesibilidad futura del MiniTouch.

El MiniTouch se distingue por su integración de dispositivos electrónicos disponibles en el mercado en prótesis ya existentes, sin necesidad de procedimientos quirúrgicos invasivos. El dispositivo se adhiere a un punto específico de la extremidad del usuario, generando sensaciones en su dedo índice fantasma. “Creemos que tener la capacidad de sentir la temperatura mejorará la encarnación de las personas amputadas: la sensación de que ‘esta mano es mía’.

Este avance tecnológico representa una de las últimas fronteras en la restauración de sensaciones naturales en extremidades artificiales. La incorporación de sensaciones térmicas realistas no solo mejora la funcionalidad de las prótesis, sino que también tiene un impacto profundo en la calidad de vida y la conexión emocional de los usuarios. 

Con una condición envidiable y una actitud que enamora, el perrito “Cactus” se convirtió en uno de los 50 mejores maratonistas, al concluir de manera destacada, el Maratón de Sables o Maratón de las Arenas, que se celebra cada año en el Desierto del Sahara y que es, sin duda, uno de los más extenuantes y difíciles de todo el mundo. Fue tan bueno el trabajo físico realizado por el pequeño can, que los organizadores decidieron otorgarle una medalla.

El ultramaratón es conocido como la carrera a pie más dura del planeta por su distancia y por las condiciones climáticas a los cuales los corredores son expuestos. Durante siete días se recorre una distancia de 250 kilómetros entre arena y piedras.

Atletas de varios países se inscribieron a esta justa deportiva, quienes de acuerdo con los organizadores, recibieron y acogieron al pequeño “Cactus” y se encargaron de hidratarlo a lo largo del recorrido.

El pequeño campeón recorrió 120 de los 250 kilómetros que consiste la prueba. Posteriormente recibió atención veterinaria y confirmaron el perfecto estado de salud del perro.

Erika nunca ha enfrentado la vida con miedo, de hecho es una mujer que quiere comerse al mundo a cada paso, pasos que hace poco parecían imposibles de dar e incluso estaban contados para llegar a su fin en poco tiempo.

Recibir un diagnóstico de lupus a los 20 años fue impactante para ella, quien siendo bailarina no sólo realizaba una intensa actividad física, sino que cuidaba su alimentación y mantenía una vida ordenada. “Imagínate, mi madre había sido bailarina y era la maestra, había mucha disciplina en mi vida y de repente te dicen que tienes lupus”.

El lupus que Erika padecía emprendió el ataque en contra de su cuerpo; en poco tiempo sus riñones se vieron afectados y la función renal decrecía aceleradamente, los niveles de creatinina estaban fuera de todo parámetro y había que tomar decisiones: entrar a hemodiálisis o recibir un trasplante.

“No estaba dispuesta a entrar a la hemodiálisis, no quería dejar de ser yo y opté por aferrarme a mis deseos y a mi futuro”, cuenta Erika. “Entendí que nada iba a funcionar si yo no quería”.

El momento era crítico, los doctores le habían dicho que le quedaban solamente semanas de vida, pero Erika seguía preguntando cuándo podría regresar a bailar o convertirse en madre. “Posiblemente podía vivir 10 años en una caja de cristal o sólo uno a plenitud, siendo yo misma”.

Fuerte y claro, Erika optó por el trasplante. Las primeras opciones estaban en su hogar, sus padres, su hermano, su hermana. La más entusiasta en ser su donadora era su hermana, sin embargo, en ese momento era menor de edad, le faltaban dos meses para cumplir los 18 años y por Ley no podía tomar la decisión de ser donadora y además, en ese momento, ya no podían esperar cuatro semanas más.

Ocupada en encontrar un donador, pero no desesperada, Erika seguía buscando opciones cuando una amiga suya, Gaby, a quien conoció en primero de primaria y con la cual había compartido la vida a largo de los años, las pijamadas, las fiestas de cumpleaños, las confidencias de adolescentes y las vivencias de las mujeres en que se habían convertido, escuchó una conversación entre Erika y su hermana en la que lamentaban la casi nula cultura de la donación de órganos en México.

Gaby intervino de forma natural en la charla, como tantas otras veces a lo largo de los años: “tengo tú mismo tipo de sangre, yo puedo ser tu donadora”.

Las palabras de Gaby las sorprendieron y, al mismo tiempo, les dieron esperanza por lo que de inmediato pusieron en marcha el plan. Llegó el momento de hacer análisis de compatibilidad y sí, Erika y Gaby eran compatibles, podían ser receptora y donadora, respectivamente.

Aún quedaba mucho por hacer para llegar al día del trasplante como recibir orientación psicológica. “Nos llamaron a las dos y nos dijeron ‘tienen que entender por qué hacen esto. Debes comprender que no le debes la vida a Gaby’, pero sí se la debo, me dio algo muy grande, ¿cómo le compenso lo que me dio?, eso que se llama vida”, cuenta Erika.

Durante este proceso, Erika pasaba por un momento físico y emocional intenso. “Las toxinas en mi cuerpo me tenían toda envenenada, necesitaba limpiarme física y emocionalmente, por ello me aferré a ser quien soy. Muchos no entendían, pues me veían riendo, cuidando de mí, más allá de la salud, hubo quien no creía lo enferma que estaba y ni que estaba muriendo”.

Ese cúmulo de emociones y cuidados no eran todo lo que Erika estaba viviendo, pues también enfrentaba la falta de recursos para su cirugía de trasplante por lo que emprendió la campaña #ErikaQuiereVivir, buscando fondos para su operación. El apoyo no se hizo esperar y creció, gracias a un gran grupo de amigos, al apoyo de personas con quienes se reencontró y de otras nuevas a quienes descubrió en el camino quienes lo mismo aportaban recursos económicos, que le ofrecían ayuda para acompañarla a sus consultas médicas o le daban consejos sobre qué comer y cómo cuidarse.

Al mismo tiempo, Gaby se preparaba para el momento de la donación. Su familia, especialmente su abuelo, se sentían mucho más orgullosos de ella, de esa gran amiga a quien al preguntarle, por qué decidió ser donadora, daba una respuesta contundente: “por las ganas de vivir de Erika”.

Así llegó el día del trasplante. Horas antes y en agradecimiento a toda la gente que se sumó a #ErikaQuiereVivir, hubo un encuentro que se volvió fiesta en la cafetería del hospital. “Recibir todo ese cariño fue la mejor experiencia de mi vida, aunque me estaba muriendo. En ese momento estaba preparada para morir y para vivir”.

La operación fue un éxito y el riñón de Gaby fue bien recibido por el cuerpo de Erika. A las pocas horas, ambas estaban bien y recuperándose. Pronto Gaby retornaría a su vida normal y Erika estaría recuperando la suya, y ahora con una amistad más grande y fuerte entre ambas.

La de ellas es una historia de éxito en un país donde hay 21 000 personas esperando un trasplante y es que en México, por cada millón de habitantes, sólo el 5.8% de la población es donante.

Erika hoy impulsa activamente la cultura de la donación de órganos porque para ella, los donadores son Héroes por la Vida